Sociólogo Rafael Acuña

lunes, 10 de abril de 2017

SALIDAS DESESPERADAS NO CONSTRUYEN GRANDES PROYECTOS

             Los líderes de la oposición venezolana cada día más demuestran su incapacidad para dirigir a sus seguidores y al país. La crisis venezolana es evidente, la economía cayó casi un 30% en su Producto Interno Bruto, evidenciando una caída de la producción nacional, lo que ha obligado a importar más productos, haciéndonos más dependientes y con una economía al extremo vulnerable. Las deudas de Venezuela con sus acreedores internacionales cada vez es mayor​, los norteamericanos han logrado frenar el alza de los precios del petróleo, la inflación es alimentada por una cantidad gigantesca de dinero inorgánico, las divisas son regaladas a 10Bs. por cada dólar a un grupo de empresarios irresponsables​ y mercenarios que desangran cada día más al país con un sistema de administración de divisas totalmente corrupto, ineficiente y alejado de las necesidades de los venezolanos. El desempleo llega a niveles dramáticos, la escasez de productos de primera necesidad y de medicinas son cada día es más desesperante. La situación de pobreza en el país llega a cifras de comparables con época neoliberal venezolana de los años 90’. La inseguridad se ha vuelto incontrolable y esta hace caldo de cultivo de un sistema judicial ineficiente y corrupto. La crisis de valores se acentúa la corrupción se instaura como modo de vida. El odio inyectado a la población hace mella en la política que impide un diálogo constructivo, al contrario, impulsa un accionar carcomido por los rencores y los intereses mezquinos de las élites en el poder.
Es indudable que con una crisis de esta magnitud es para que cualquier grupo opositor haya tomado la iniciativa política y por la vía democrática haber tomado el poder desde hace rato. La gran oportunidad la perdieron, su momento fue el referéndum revocatorio, que no fue convocado por no definir bien sus objetivos y por estar a lo interno divididos para asumir ese gran reto. Eso no es otra cosa que ineficiencia política y organizativa. Es falta de un programa político, que en primera instancia los una a ellos y luego al país. ¡Pero no se ponen de acuerdo en líneas mínimas de acción, para asumir el reto que el país les exige y que no cumplen porque no están a la altura!
En ausencia de un programa político que presentarles al país, les queda es la improvisación, la violencia y solicitar a otro que les resuelva el problema de tomar el poder, asunto que trataron de ejecutar por medio de la aplicación de la carta democrática de la OEA. La oposición no tiene capacidad de dialogar con el país, no tiene argumentos para convencer a los venezolanos y apropiarlos de un programa político para la reconstrucción y reconciliación nacional, “como ellos dicen”. Ante la incapacidad de dialogar con el país piden intervención extranjera, pero su incapacidad es tal, que por esa vía tampoco lograron concretar sus objetivos. Les queda la violencia, esto no es más que una salida más irracional a la crisis que padecemos. Tratar de resolver la crisis que viven el país con un baño de sangre, destrucción, caos, es una sinrazón desmesurada.
El problema de la oposición está en que no logran ponerse de acuerdo en un plan para el país,  pero tampoco logran ponerse de acuerdo en quiénes serán los actores que lleven a la práctica el plan, el personalismo y el protagonismo es una constante en los líderes de la oposición, sus discursos generales, vacíos, sin contenido y llenos de odio. Indudablemente esto ha sido rechazado por la mayoría de la población. Por ejemplo, ellos les reclaman a los cuerpos de seguridad que no los apoyan. Pero como los van apoyar si el discurso de improperios contra los uniformados venezolanos ha sido descomunal y aparte de eso no les ofrecen una propuesta que mejore su situación y que los haga cambiar de opinión. Esto es solo un ejemplo de su incapacidad de ofrecer al país un plan distinto al actual y una dialógica convincente.
¿Pero, porque más allá de los personalismos y protagonismos la oposición no se pone de acuerdo? ¿Qué es lo que se los impide? Indudablemente la guerra de intereses es despiadada. La renta del país no es tan grande como para enriquecer a los que se disputan el poder, su codicia y su ansías de aparecer con un estatus para codearse con las élites mundiales va más allá del beneficio del país. El mundo globalizado y las élites que lo dominan tiene un estatus muy alto y si quieres -por lo menos- ser aceptado tienes que acumular grandes sumas de riqueza, para acumular estás riquezas tienen que ser pocos los que extraigan la renta del país. La oposición esta signada por intereses de rapiña económica, por el discurso de odio, de segregación y violencia, por eso su plan no puede ser debatido, es un plan de saqueo y entreguismo, el cual tiene que ser impuesto a sangre y fuego, por eso la vía de la violencia es más expedita para ellos que la pacifica y democrática.
Ante los planes intervencionistas de los actores políticos de la oposición y su llamado a generar violencia que está haciendo la élite del gobierno. ¿Tiene Nicolás un plan para enfrentar una posible sanción de la OEA al país? ¿Tiene el gobierno nacional un plan contra un posible bloqueo económico al país? ¿Hay un plan para evitar la instalación de un corredor humanitario por parte de las fuerzas militares de las Naciones Unidas? El gobierno actual, responsable en gran medida dela crisis que viven los venezolanos, empeñado en subsidiar a una élite de comerciantes usufructuarios de la renta nacional por medio del corrompido sistema de divisas, los cuales compran a precio de dólar subsidiado en el extranjero y venden en Venezuela a precio del dólar paralelo. Este asunto ha llevado a Venezuela a la bancarrota y el gobierno no piensa rectificar. Pero esta política económica nos ha hecho más dependientes de las compras en el extranjero lo que indica que de ser sancionada Venezuela con un bloqueo económico la capacidad de respuesta sería prácticamente nula. En torno a si estamos preparados para una acción más extrema como una intervención o una agresión armada por parte de la OTAN evidentemente menos. Nuestro ejército no tiene los pertrechos, ni la tecnología para enfrentar una situación de ese calibre. ¿Esta Venezuela preparada para una guerra con otro país? Evidentemente no. Estamos contando con los rusos y los chinos, veamos lo que pasó en Libia y todavía estamos esperando una repuesta loable de la comunidad internacional ante semejante acto terroristas por parte del gobierno de USA. Pero se justifica la intervención de cualquier potencia en el país para defendernos de otra, el solo hecho de asomar la posibilidad de una guerra sería absolutamente desastroso. Las guerras históricamente han beneficiado a élites muy pequeñas, que al final y al cabo terminan negociando con ambos lados. Es muy alarmante que no tengamos capacidad para enfrentar un conflicto bélico, pero mucho más alarmante es que el gobierno no tenga la capacidad para impedir que el grupo más fascista, violento, racista, xenófobo de la oposición logre imponer su agenda de violencia, de terror y de odio. Entendemos que en la mayoría de las veces es difícil dialogar con grupos fascistas y terroristas, pero no hay forma de poner un coto a su violencia, la violencia hay que detenerla venga de donde venga. En esto el gobierno de Nicolás ha sido también altamente incapaz y esto le puede salir muy caro a la democracia y a la república.
Para finalizar considero que los venezolanos debemos rechazar la agenda intervencionista, entreguista, antidemocrática y de violencia del sector fascista de la oposición venezolana. Esta ya tiene casi 17 años siendo rechazada por la gran mayoría de los venezolanos y sigue siendo rechazada, cuando esta agenda se activa, la gran mayoría de venezolanos toman partido por los sectores que promuevan la paz. Por otro lado, defender a un gobierno también entreguista, veamos lo que significa entregar el arco minero del Orinoco, lo cual va a traer efectos catastróficos no solo para el país, también para toda la humanidad. Un gobierno que tercamente ha decidido enriquecer a no más de 200 empresas que son captadoras de las divisas del CENCOEX y expropiadores de la renta de todos los venezolanos, sometiéndolos a una abyecta pobreza. Es un gobierno que ha perdido el rumbo político y que se atrinchera en un debate burlesco y de comparación, asumen que como en los EE.UU. hay represión aquí también debe haber, como en Argentina a Macri le Protestan aquí también, como en Brasil hubo golpe de estado aquí también se puede dar, la comparación que se hace es retrograda, viéndonos en el espejo roto de otro país u otro sector, el debate se ha centrado de consignas sin contenido, en planteamientos sin explicación lógica y coherente como el de la guerra económica, muy cacareada pero poco explicada.
El pueblo venezolano tiene que apostar por el fortalecimiento de sus instituciones, dentro de ellas la democracia, la democracia no puede ser moldeada para beneficiar a una minoría, por el contrario, la democracia es para que la gran mayoría se vea identificada en ella, pero a pesar de que existan minorías en la democracia, la mayoría no puede atropellarla y pasar por encima de sus derechos constitucionales consagrados. Esto pasa por un gran diálogo nacional, no de élites, por el contrario de las grandes mayorías, tiene que pasar que la violencia sea una carta de activación política, esta debe ser descartada de raíz y si alguien trata de imponerla en la agenda debe ser neutralizado de forma categórica e inmediata. La república necesita rescatar sus instituciones de administración de justicia, de educación, salud, recreación. Debemos rescatar una economía que garantice empleos dignos y bien remunerados a todos los venezolanos, que garantice la soberanía agroalimentaria la creación de ciencia y tecnología. Debemos construir grandes centros científico tecnológicos que permitan estar a la par de la economía mundial, que nos permita integrarnos a esta, pero sin que dependamos de ella en gran cuantía. El proceso de globalización tiene su lado perdedor y ganador, las élites venezolanas han decidido tenernos en el lado perdedor, a cambio de esto ellos reciben las migajas y con eso se conforman. El pueblo venezolano puede lograr más que eso, hay que luchar por que no existan ni ganadores ni perdedores como en la actualidad, tiene que construirse un mundo democrático, libre y justo para todos. 
La situación política, económica, social de Venezuela amerita que se levanten nuevas voces, nuevos platelmintos, es hora de romper viejos paradigmas, configurar nuevas formas organizativa, adaptadas por entero a nuestra realidad. Hay que buscar alternativas a las fracasadas políticas económicas neoliberales y keynesianas. Buscar alternativas al colonialismo y al neocolonialismo. Construir una sociedad justa y amante de la paz, en un mundo signado por la guerra y abuso de poder no es tarea fácil, pero es totalmente posible. Construir una sociedad de hombre y mujeres trabajadores y altamente educados requiere una alta dedicación, empeño, valentía, heroísmo, sagacidad, inteligencia, determinación, capacidad de dialogo, de inventiva y creatividad. Los venezolanos tenemos un gran reto por delante, salir de las élites en el poder y construir una gran nación, una gran república, sin desesperación, ni improvisación, somos capaces de hacer las cosas apegados a la razón, la paz y al dialogo.  
Lic. En sociología
Rafael Acuña




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