Sociólogo Rafael Acuña

martes, 23 de mayo de 2017

La Asamblea Nacional Constituyente y las Pugnas Interburguesas por el Poder y la Apropiación de la Riqueza de los Venezolanos

                Entender lo que pasa en Venezuela en estos tiempos no es un asunto fácil. La complejidad de la realidad social, económico y política no es revelable con sencillez, tampoco puede ser expuesta en pocas líneas. Aunque se necesitarían muchas cartillas para hacer una explicación a la altura de las exigencias, trataré de ser lo más sintético y explícito posible. Tampoco voy a perder mucho tiempo siendo leguleyo de la interpretación legal. Creo que priva un análisis de una decisión política que tomó el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, para resolver un problema político: el problema de quién detenta el poder en Venezuela. Para esto me apoyaré en las herramientas que nos da el materialismo histórico, la sociología y la ciencia política que son disciplinas hermanas. Por supuesto, no podemos dejar de apoyarnos también en la historia, que nos ayudará a desentrañar las posibles y relativas verdades.

Algunos conceptos:

Asamblea Nacional Constituyente
Antes de iniciar la disertación aclararé algunos conceptos que es menester precisar. En primer lugar, qué entendemos por Asamblea Nacional Constituyente. Me apoyaré en la definición dada en el Diccionario de Política publicado por Siglo XXI Editores, en el año 1997, y dirigido por los prestigiosos catedráticos Norberto Bobbio, Nicola Matteucci y Gianfranco Pasquino. En este diccionario el intelectual Vicenzo Lippolis nos indica: “con la expresión de Asamblea Constituyente se designa a un órgano colegial, representativo, extraordinario y temporal, que está investido de la tarea de elaborar la constitución del Estado, de establecer -en otras palabras- las reglas fundamentales del ordenamiento jurídico estadal”; la definición es muy clara: órgano colegial, representativo y extraordinario. Por más originario que trate de ser la asamblea siempre será representativa. Los constituyentitas pueden ser electos por el pueblo, carácter que puede darle elemento de originario, pero al final siempre terminan siendo una representación del pueblo.

La constitución de las clases sociales en Venezuela
No es lo mismo Asamblea Nacional Constituyente a Proceso Constituyente, la asamblea es un acto, puede ser el de culminación, como también puede ser el inicio del proceso de una clase social para establecerse como bloque de poder. Venezuela es un ejemplo muy claro de esto. A la actual burguesía dominante venezolana le costó más de 120 años en establecer un modelo de sociedad que respondiera a sus intereses. Después que el decadente imperio español, derrotado por los heroicos patriotas venezolanos, se rindiera oficialmente, se le dio un impulso importante a este proceso. En Venezuela se había creado una especie de nobleza, que despojó a los pobladores originarios por medio de una violencia sin precedentes; muchos historiadores dicen que este proceso fue un verdadero genocidio, por medio del cual le fueron expropiadas las tierras a los pobladores originarios, desde el momento en que el despiadado e indigno rey de España dio el primer título de tierra se fortaleció el proceso de acumulación originaria de Europa, que estaba en tránsito del feudalismo monárquico constitucional y absolutista hacia la democracia representativa y capitalista, pero también inició el proceso de acumulación originaria de la nobleza local, a la cual le dicen blancos criollos. Esa nobleza criolla se dio cuenta que con las trabas puestas por la compañía Guipuzcoana era imposible insertarse en el naciente mercado capitalista internacional. La nobleza terrateniente criolla logra la independencia, pero el líder de esta gesta, Simón Bolívar, tenía una visión más amplia que los terratenientes localistas y chocó directamente con sus intereses al decretar la abolición de la esclavitud, fundar universidades, entre otros. Esto choco con su plan de clases dominante y traicionaron las esperanzas de todo un pueblo. Esta naciente elite paso 100 años en guerras intestinas y fratricidas para lograr constituir el Estado nacional, y 20 años más en establecer la democracia representativa capitalista. Este proceso termina con la Asamblea Constituyente del 61, allí establecen reglas del juego para la convivencia de la burguesía con los terratenientes y con el pueblo que iba a ser la mano de obra barata explotada para beneficio de estas elites. Con la llegada de Chávez al poder se trató de potenciar un proceso que comenzó en los años 20, se oponía a la dictadura y al capitalismo y proponía una sociedad sin explotación. Ese proceso tiene un punto de inflexión en el 1999, cuando se aprueba la Constitución y se le da al pueblo el poder desde el punto de vista constitucional, para que con ese marco legal potenciara el proceso de constituir una sociedad sin explotación. Este proceso fue obstruido por un sector de la sociedad que se quiere constituir como elite. Después de la muerte de Chávez pasa a controlar el aparato del Estado para iniciar un proceso de acumulación originaria, buscan desplazar a la burguesía tradicional y erigirse como poder hegemónico. Esa naciente burguesía necesita una Asamblea Constituyente para poder establecer los mecanismos que le permitan en definitiva erigirse como elite dominante de la sociedad.      

Acumulación Originaria del capital
A la acumulación originaria la podemos denominar, según el Diccionario de economía política, de la editorial Progreso de Moscú, de la Antigua URSS, como “el proceso histórico de transformación violenta de los productores directos (sobre todo campesinos) en obreros asalariados y de medios de producción y el dinero, en capital”. Pero en su libro El capital, Carlos Marx nos dice “que la acumulación originaria es la génesis del capital”, de tal manera que el capitalismo no ha existido siempre, pues cuando se estaban labrando las condiciones para la aparición del mismo en la escena histórica, se dio un proceso de trasformación donde los pequeños propietarios artesanales y campesinos dueños de sus tierras, fueron violentamente despojados de estas y dejados como personas desposeídas, que tenían como única propiedad su fuerza de trabajo, la cual era vendida y comparada por la naciente industria capitalista, lo que se denomina la disuasión entre el productor directo y los medios de producción; los medios de producción también fueron expropiados mediante continuas guerras, colonizaciones de otras tierras y legislaciones que amparaban la acumulación de estas, pero al surgir el obrero asalariado (despojado), la monopolización de los medios de producción en pocas manos, la producción de mercancías y los mercados, se dieron las condiciones para la aparición del capitalismo, pero el proceso anterior a esto se denomina de acumulación originaria, la génesis del capital.

La acumulación originaria en Venezuela
 Venezuela hoy es república democrática con un sistema económico capitalista rentista, dependiente y monopólico, donde toma sus propias características el proceso de acumulación originaria. Este proceso tiene su historia, la podemos resumir de la siguiente manera: Cuando el floreciente imperio español conquistó estos dominios, como dijimos anteriormente, se dio un proceso de saqueo, expropiación de nuestras tierras y nuestros recursos naturales, que sirvió para acelerar y fortalecer el naciente capitalismo europeo, muchos teóricos dicen que cada dólar tiene en su tinta un baño de sangre de los pobladores de nuestra Indoamérica. El proceso de saqueo, violento y genocida, obligó a trabajar de forma forzada e inhumana a nuestros indígenas, diezmó notablemente aquella población originaria, revivió la trata de esclavos traídos de África, práctica sepultada después de la caída del imperio romano. Este proceso trajo consigo la instalación de una extensión del Estado monárquico en nuestras tierras, que no era otra cosa que la organización de los colonialistas para la explotación de nuestros pobladores y saqueo de nuestros recursos. La instalación de ese Estado dio origen a la constitución de clases sociales en nuestro territorio, donde la nobleza imperial estaba en la cima y los negros esclavos en la base. Pero hubo una clase social que inició un modesto proceso de acumulación, es decir, apropiación de tierras que en tiempos ancestrales eran de nuestros pobladores originarios. Luego se dio cuenta que la dependencia, del ya decadente imperio español, no permitía disfrutar de las riquezas producidas en Venezuela y que, en ese sentido, siendo independientes se podían insertar en el naciente mundo capitalista teniendo mayores beneficios. Se dio el grito de independencia, Simón Bolívar pasó a liderar este movimiento por su gran visión, por gran estadista y maestro en el arte de la guerra, además fue un hombre que logró sortear cualquier tipo de dificultades. En medio de este proceso una parte de los independentistas no estaba de acuerdo con un conjunto de propuestas que tenía Bolívar para con los sectores sociales más oprimidos, pues el Libertador pensaba que había que reivindicarlos con educación y dándoles la libertad como seres humanos, aboliendo por decreto la esclavitud; de igual manera, no compartían su visión de conformar la Gran Colombia para construir una sociedad fuerte, que se constituyera como un polo de poder internacional respetado por las grandes potencias de aquel entonces. Los grandes terratenientes no aceptaron y optaron por traicionar a Bolívar y su proyecto grancolombiano. Bolívar, al igual que Chávez, se la jugó con el pueblo. Pero en medio de todo este proceso, nuestros pobladores originarios fueron arrancados de la pacha mama (o madre tierra), esclavizados. Con este proceso de disuasión se empezó a dar la acumulación originaria, de la que habla Marx en su monumental obra El Capital, que en una primera instancia respondía a los intereses de la Corona, pero que una vez que nos independizamos de España, pasó a ser parte de los héroes de guerra y de los caudillos que se repartieron la tierra venezolana según criterios de supremacía y elites de poder. Nace la Venezuela liderada por caudillos locales, que no ven más allá de sus pequeñas haciendas y hunden a Venezuela en guerras intestinas y fratricidas. Es con Juan Vicente Gómez cuando se constituye el Estado nacional como tal, con un ejército unificado y una hacienda pública nacional unificada. Entra en juego la explotación petrolera que vuelve abrirle nuestras tierras al capital transnacional, que en años anteriores ya había servido para saquear estas tierras a sangre y fuego, sudor, lágrima y sufrimiento de los negros esclavos y de la población originaria y la clase terrateniente que era la dueña de las tierras y de la mano de obra; de esta forma, se dio inicio a un cambio de terratenientes a burguesía industrial, adherida al capital monopolista trasnacional capitalista y da por culminada el proceso de acumulación a mediados de Siglo XX. Es entonces cuando esta burguesía ya consolidada, pero fuertemente dependiente, decide instaurar una República democrática, proceso que se inicia desde la instauración de la República democrática en el año 1961 y termina con la crisis del modelo en los años 80, producto de los grandes endeudamientos, dependencia de nuestra economía, corrupción gubernamental, entre otros factores que, nuevamente, dieron entrada a la escena política al pueblo, quien se alza en el Caracazo, incidiendo en dos golpes de Estado.
Hugo Chávez llega el poder en el año 1998, enfrenta a la burguesía que dominó la escena política en Venezuela en el último siglo y a sus padrinos norteños. Esta burguesía había explotado al pueblo durante más de un siglo y entregó nuestros recursos naturales en provecho propio y en detrimento del pueblo trabajador. De allí la historia es conocida, una batalla sin cuartel dio Chávez para romper las cadenas que ataban al pueblo venezolano a las elites transnacionales y de la elite nacional. En medio de este proceso revolucionario siempre hubo una burguesía, con supuesto talante nacionalista, que impedía la concreción de una revolución en manos del pueblo, y buscaba más bien desplazar a la burguesía que había dominado el último siglo, para ser ellos los que se erigieran como elite dominante en el país. Chávez enfrentó a los dos sectores, pero la muerte le alcanzó antes de tiempo, no logró culminar su obra, que era construir una sociedad socialista, democrática, donde los seres humanos sustituyeran las relaciones económicas de explotación por relaciones de solidaridad, libertad, plenitud y suprema felicidad social, donde el Estado no fuera un ente de explotación si no de defensa de la soberanía nacional y del Estado de derecho de justicia y de paz. Chávez aplicó un conjunto de medidas que iban encaminadas a construir ese modelo de sociedad e implementó una política internacional de respeto y solidaridad con muchos pueblos del mundo. Con Maduro en el poder esta burguesía logra desplazar a los sectores de izquierda y de amplia trayectoria socialista, e inician un proceso de acumulación originaria de capital. Esta acumulación encontró su asidero en la política cambiaria que le subsidia el dólar con el respaldo del Estado a precio muy barato, casi que regalado, y su venta a precios especulativos, ayudados por una impresión de moneda local en función de darle mayor cantidad de bolívares a esta burguesía para así poder comprar la cantidad de dólares que entraban al país por concepto de la renta petrolera. Por otro lado, la gran cantidad de dinero local le permite elevar los precios, de esta forma por medio de la inflación expropiar la renta al pueblo trabajador venezolano. Hay un aspecto que no tomaron en cuenta, como lo es el precio del petróleo, el cual cayó a niveles no calculados y es cuando entra en juego el Arco Minero del Orinoco, que son concesiones que permiten la entrada de más dólares al país, de esta forma podrán obtener los dólares, sumando así un capital que les permitirá instalar un aparato industrial que los erija como los nuevos amos del valle, desplazando a la tradicional burguesía venezolana. El Estado revolucionario dejó de serlo para convertirse en una cruel maquinaria de extracción y acumulación de capital en manos de una elite. Es decir, la lucha por el poder en Venezuela no es más que una lucha por el control de los recursos naturales de nuestro país y de la explotación de nuestros trabajadores en beneficio de una u otra elite. En este caso, una elite está representada por una burguesía que ya tiene poder económico y privilegios, pero que necesita del Estado para mantenerlos, y la otra está en el proceso de acumulación y necesita del Estado para culminar ese proceso.  
Estos dos conceptos y el desarrollo histórico son claves para entender la exposición que vamos a realizar; en tal sentido, vamos a estar volviendo a ellos durante todo el escrito.
           
Objetivos de la convocatoria constituyente realizada por el presidente Nicolás:

Constituyente para la paz. Mejoramiento de los procesos contemplados en la constitución de 1999.

Construir un nuevo sistema económico post petrolero. Preparar escenario para el nuevo modelo económico.

Estado de bienestar social nuestro. De las misiones y grandes misiones. Hacerlos sistemas. Darle rango constitucional.

Potencial funcionamiento del sistema de justicia y protección del pueblo. Guerra contra la impunidad. Seguir mejorando el sistema penitenciario. Lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.

Impulsar nueva forma de democracia participativa y protagónica. En lo social y lo político. Darle rango constitucional a los consejos comunales y comunas.

Política exterior soberana. Defensa de la soberanía de la nación. Seguir impulsando el mundo multicéntrico y pluripolar.

Identidad cultural. La nueva venezolanidad, una nueva espiritualidad, una nueva diversidad cultural.

Garantía de futuro. Derechos sociales, culturales, educativos y tecnológicos de la juventud.

Preservar la vida. Lo contemplado, en esencia, dentro del quinto objetivo histórico del plan de la patria.

Según estos objetivos nada es novedoso, todo lo planteado está implícito en toda la constitución del año 1999, la paz es uno de los objetivos supremos de la constitución, no hay que rescribirlo: hay que cumplirlo. El nuevo sistema económico está allí, no hay que redactarlo otra vez, sino construirlo en la práctica, y no para beneficio de las elites que se disputan el poder. El Estado como garante de los derechos sociales del venezolano más claro no puede estar, es una constitución de marcada justicia, que preserva la vida, que es garantía de futuro y que tiene como uno de sus ejes fundamentales la defensa de la soberanía. En cuanto al planteamiento de incluir a los consejos comunales en el texto constitucional y a las grandes misiones, tampoco es muy novedoso, ya que las misiones son programas sociales, y la constitución asume la defensa del hecho social en todo su texto. Sólo sería novedosa la inclusión de los consejos comunales como poder autónomo e independiente del Estado, que tengan su asignación directa de recursos, sus formas autónomas de producción y administración de los mismos; objetivo que se logra cambiando el régimen socioeconómico de la constitución anexando la propiedad comunal, la propiedad cooperativa, y todas las formas de propiedad colectiva que puedan permitir la libre asociación solidaria de los seres humanos para producir bienes y servicios. En el fondo, estos criterios deben ser la expresión de la democracia participativa, y la producción colectiva, la semilla que debe dar como resultado una sociedad sin explotación, con el fin de que el pueblo pueda constituir una sociedad sin explotación; pero esto no se logra en un acto asambleario: es más bien un proceso, una lucha diaria, donde el Estado liberal burgués que sirvió de ente de explotación debe ponerse al servicio de la emancipación, incluso poniendo en juego su permanencia en el tiempo, ya que este viejo Estado no puede ser una traba para la nueva sociedad que constituye el pueblo. Pero por lo visto en el proceso de acumulación originaria a los consejos comunales y comunas se les pretende dar rango constitucional para anexarlos al Estado liberal burgués y de esta forma castrar su fuerza creadora y libertaria. Por lo planteado en estos objetivos, aquí lo que se busca es más bien una reforma constitucional, que tiene sus mecanismos específicos. Entonces, si el objetivo no es refundar la República ¿qué hay detrás de este llamado constituyente? La respuesta a eso la daremos más adelante. Pero la constitución es muy clara, el llamado a la Asamblea Nacional Constituyente es la refundación de la República, es redactar un nuevo texto constitucional pues así lo manifiesta la misma constitución.

Algunos elementos legales del llamado a constituyente:

“Capítulo III de la constitución de la República Bolivariana de Venezuela 
De la Asamblea Nacional Constituyente

Artículo 347
“El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente “originario”. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución.”
Artículo 348
“La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente podrá tomarla el presidente o presidenta de la República en Consejo de Ministros; la Asamblea Nacional, mediante acuerdo de las dos terceras partes de sus integrantes; los Consejos Municipales en cabildos, mediante el voto de las dos terceras partes de los mismos; o el quince por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas en el Registro Civil y Electoral.”
Artículo 349
“El presidente o presidenta de la República no podrá objetar la nueva Constitución.
Los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente.
Una vez promulgada la nueva Constitución, ésta es publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela o en la Gaceta de la Asamblea Nacional Constituyente.”

Como podemos ver, el texto constitucional es muy claro, la Asamblea Nacional Constituyente es la refundación de la República y la redacción de un nuevo texto constitucional. Este llamado se hace apelando al poder originario que no es otro que el pueblo, a la soberanía popular que reside intransferiblemente en el pueblo (ver Articulo 5 de la CRBV), el presidente en consejo de ministros, la Asamblea Nacional, los cabildos abiertos y la iniciativa popular del 15% de los electores pueden tomar la iniciativa, léase bien, la iniciativa, pero la decisión la tiene el pueblo como poseedor del poder originario y de la soberanía nacional, en una elección universal, directa y secreta. Es decir, que hay que apelar al artículo 71 donde plantea la elaboración del referéndum consultivo para ver si la gran mayoría está de acuerdo con el presidente, Asamblea Nacional, Cabildos Abiertos o 15% de los electores. Pero como vimos, el poder constituyente originario no solo es un acto de representación, es un proceso de construcción, es una lucha diaria total.

“Artículo 71: Las materias de especial trascendencia nacional podrán ser sometidas a referendo consultivo por iniciativa del presidente o presidenta de la República en Consejo de Ministros; por acuerdo de la Asamblea Nacional, aprobado por el voto de la mayoría de sus integrantes; o a solicitud de un número no menor del diez por ciento de los electores y electoras inscritos en el registro civil y electoral.
También podrán ser sometidas a referendo consultivo las materias de especial trascendencia parroquial, municipal y estadal. La iniciativa le corresponde a la Junta Parroquial, al Concejo Municipal y al Consejo Legislativo, por acuerdo de las dos terceras partes de sus integrantes; al alcalde o alcaldesa, o al Gobernador o Gobernadora de Estado, o un número no menor del diez por ciento del total de inscritos e inscritas en la circunscripción correspondiente, que lo soliciten.”

No hay en la constitución materia más importante para la vida de los venezolanos que refundar la República, que redactar una nueva constitución. Por lo tanto, la iniciativa tomada por el presidente debe ser sometida a referéndum consultivo con el fin de corroborar si la gran mayoría de la población está de acuerdo con el llamado a constituyente y de refundar la República. Si esta iniciativa es aceptada por el pueblo en elecciones universales, directas y secretas se debe hacer el llamado a elección popular de los diputados constituyentitas, que serán los encargados de redactar el nuevo texto constitucional y refundar la nueva República. Esta elección debe ser en primer grado, es decir, directa, universal y secreta. Una vez redactado el nuevo texto constitucional también debe ser sometido a consulta popular por medio de un referéndum aprobatorio en una elección universal, secreta y directa. Si es aprobado el nuevo texto constitucional se debe convocar a una elección de todos los poderes públicos: los ratificados, los modificados y los incluidos, que de igual manera debe ser una elección universal, secreta y directa. Esto es todo un proceso, largo, titánico y muy costoso; de allí que preguntemos: ¿se necesita refundar la República y hacer todo esto? Incógnita que resolveremos más adelante.

¿Cuál es el contexto histórico de este llamado a constituyente?

El ataque imperialista a la revolución y sus contradicciones
Indudablemente que Venezuela ha sido objeto de grandes ataques por parte de los que detentan el poder económico y político a nivel mundial. Sobre todo, por el gobierno norteamericano, que tiene larga data de injerencia en los asuntos internos de otros países. ¿De dónde devienen estos ataques?, en primer lugar, en el hecho de que Hugo Chávez propusiera en el año de 1998 la sustitución de la democracia representativa por la participativa protagónica, de ahí devino un desafío a la elite mundial, quienes gobiernan a sus ciudadanos con la forma representativa, ya que ellos no están dispuestos a compartir el poder que detentan, por lo tanto, se tenían que oponer de forma férrea y vertical. Los países con economías dependientes necesitan democracias tuteladas que acogieran sin restricciones el consenso de Washington, que consiste en liberalizar las economías al gran capital transnacional, que en gran parte fue amasado saqueándonos de forma violenta en el proceso de acumulación originaria. Por otro lado, hay que desregularizar, esto implica quitar todo tipos de controles a los mercados y a sus externalidades, es decir, no importan ni el ambiente ni el ser humano, no importa nada, todo tiene que ir en beneficio del gran capital, que no ha dejado su carácter de saqueador. Por último, hay que privatizar todo, empresas del Estado, electricidad, agua, bosques, salud, educación, deporte, recreación, cultura, seguridad social, toda la vida económica, política y social, tiene que ser controlada y propiciada por las grandes empresas transnacionales privadas y por su capital financiero especulativo globalizado. Estas políticas nacen bajo el alarido de la globalización, de la necesidad de darle entrada sin restricciones al capital financiero mundial, a las economías subdesarrolladas para apoderarse de la vida de los seres humanos. Sistema que choca con la diversidad, humanidad, contra el ambiente, con todo lo que sea distinto. Por eso la célebre proclama del pensamiento único y el fin de la historia, el mercado todo lo puede. La aplicación de estas políticas son una verdadera calamidad para la humanidad, el 80% de la población es pobre y solo un 1% concentra el 80% las riquezas mundiales en sus manos. Dando esto como resultado un mundo extremadamente desigual e injusto, marcado por la explotación, la discriminación y la guerra. 
Para lograr su dominio global, el gran capital tiene como centro militar a los EE.UU. y a sus aliados del tratado del atlántico norte (OTAN), los cuales, según el pensador Africano Samir Amin, han trazado puntos clave para el dominio mundial: deben dominar y controlar las finanzas mundiales, controladas por medio del Banco Mundial (BM), Fondo Monetario Internacional (FMI), control de las grandes bolsas de valores, New York, Europa y Asia, y desde luego el control de todos los bancos centrales del planeta. Con este control financiero y basados en la teoría económica monetarista estos pueden manipular cualquier moneda y por ende cualquier economía, las cuales se pueden estabilizar si estas siguen sus preceptos de sumisión y dependencia, sin embargo, si por el contrario deciden ser una economía soberana o que atente contra el sistema establecido, entonces es objeto de ataques y desestabilizaciones con el objetivo de derrocar al gobierno que no se apegue a sus designios. En el mismo sentido deben controlar y monopolizar las armas de destrucción masiva, lo que se erige como un sistema de disuasión política de fuerza extrema, que atenta contra la existencia de la vida misma, como diría el filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770–1831) en la teoría del Amo y del Esclavo, el amo se convierte en amo cuando puede de forma cierta y real acabar con la vida del otro, en el momento que el otro pide que su vida sea perdonada, entonces se convierte en su sirviente y su esclavo, palabras más palabras menos. En tal sentido, amenazan al mundo, y si no aceptan su sistema de dominio entonces son exterminados. La amenaza de aniquilación de la especie mantiene el dominio y han construido un mundo de un 80% de pobres casi esclavos. Pero el dominio de la fuerza es la última instancia, para eso también cuentan con un fuerte aparato ideológico, buscan que los esclavos acepten el dominio como algo natural, establecen el monopolio de los medios de comunicación y entretenimiento, que no son otra cosa que industria de producción ideológica para que aceptemos el mundo que ellos han construido para explotar y oprimir al 80% de la población mundial. A esto añadiríamos el control monopólico de los sistemas educativos, de producción y difusión filosófica y de conocimiento, difunden y apoyan solo el conocimiento que no atente contra el sistema. Buscan controlar y monopolizar la ciencia y la tecnología para de esta manera siempre estar a la vanguardia y buscar la forma de ampliar la extracción de plus trabajo relativo y absoluto. Por último, pero no menos importante buscan controlar y monopolizar la producción de materias primas y alimentos para de esta forma poder alimentar y saciar la gula incontrolable del capital.
A estos cinco elementos de forma modesta yo añadiría dos más: el control de la deuda, que viene por medio de la emisión de billetes inorgánicos y prestamos impagables a los países acreedores y, de esta forma, cuando no puedan honrar estos compromisos poder imponer los criterios de privatización, desregularización y liberalización. Eso fue lo que hicieron cuando la crisis de la deuda externa de los años 80, donde la burguesía tradicional de nuestro país aceptó las condiciones y desencadenaron una profunda crisis social, al final se dio el evento del Caracazo y las intentonas de golpe de Estado. Por último, siempre van a buscar controlar los organismos políticos multilaterales, como la Organización de Naciones Unidas (ONU), entre otros. Por medio de estos organismos establecen e imponen políticas públicas que van encaminadas a establecer e implementar los objetivos descritos anteriormente.
Como vemos, estos mecanismos tienen una ilación lógica estratégica, para mantener el sistema y suprimir todo lo que vaya en contra. Pero la implementación de estas políticas no ha sido color de rosas, los EE.UU. epicentro del control militar y atómico, tienen 100 millones de pobres, producto de un proceso de desindustrialización que ellos mismos sufrieron en la primavera neoliberal de los últimos 35 años. Es aquí donde aparece en la escena Donald Trump como el hombre fuerte, enérgico, decidido, que debe superar la crisis, en tal sentido debe industrializar nuevamente el país, saqueando a otros países y sus materias primas, pero para hacer esto necesita bajar costos de producción en su propio país. Las estrategias son simples de decir, pero difíciles de cumplir, él debe bajar costos de producción flexibilizando las leyes de protección ambiental, debe bajar los costes de la mano de obra y bajar los costos de energía, aquí entra en juego Venezuela, por ser un país productor de energía. La burguesía tradicional no tiene problemas en aumentar la producción de petróleo y bajar su precio para complacer al imperio, de esto ellos reciben una cantidad de renta que no producen pero que aprovechan, por tanto, su complacencia está ajustada a mantener un área de confort ya establecida. Por otro lado, la burguesía que ha decidido desplazar a la tradicional, amparada por Maduro, necesita un precio de petróleo alto para poder acelerar su proceso de acumulación originaria y mantener abastecido al país, como el precio del petróleo cayó decidieron seguir el proceso de acumulación originaria, a pesar de que la población del país nacional está pagando un alto costo. Todo esto con una renta que de igual manera no producen pero que usufructúan, he aquí el nudo de contradicción de la burguesía que se quiere erigir como dominante. Hasta que estos no terminen el proceso de acumulación no cesarán las contradicciones con el imperio y con la burguesía tradicional.    

La Crisis de poderes y política
Las contradicciones políticas en Venezuela se van a seguir agudizando. Por un lado, la burguesía tradicional no se dejará desplazar del poder que detenta, sus padrinos internacionales evitarán esto a toda costa. La burguesía apoyada por Maduro tampoco detendrá su proceso de acumulación originaria. Para esto necesitan al Estado, quien es el ente desde donde se legitiman todos sus objetivos de clases, es decir, que todos los cargos de elección popular que estos logren ganar y detentar estarán puestos al servicio de sus intereses. Todas las leyes que busquen impulsar estarán dirigidas a legitimar sus aspiraciones de clase. Los partidos políticos que creen estarán para legitimar la participación de un grupo de ciudadanos en favor de ellos. Es aquí donde está el problema, la confrontación es tal que es imposible conciliar intereses, la pugna es a muerte, la utilización de una parte del pueblo para la confrontación, legitimación legal o violenta del poder es evidente. La polaridad beneficia a los dos grupos, porque ciertamente los pone en opción de ganador de la confrontación, no hay espacio para más nadie, toda la maquinaria está puesta a la orden de mantener la polaridad y evitar la entrada de un tercer bloque de poder, o cuarto, entre otros. La utilización de los medios de comunicación no escapa de esto, todos de alguna manera han tomado partido por algún sector en pugna, apoyando de forma directa o indirecta. Las ideologías son utilizadas de forma inteligente, por un lado, se usa la crisis y el descontento como arma para enardecer a las masas y, por otro, se propone una mejor sociedad futura donde el pueblo es el supuesto protagonista. La defensa de un grupo u otro altera el debate político de altura y lo ubica en el odio por un lado y en el desprestigio por el otro. Esto es sumamente peligroso para la estabilidad política del país, ya que las consecuencias pueden ser desastrosas: Ruptura del hilo constitucional, golpes de Estado, revueltas, asesinatos selectivos y guerra civil.

La aguda crisis económica y social
Aquí es donde se centra el problema más neurálgico de la situación venezolana. No queremos parecer reduccionistas, pero las realidades nos determinan esta verdad. Tampoco queremos hacer una descripción de hechos y enumeración de problemas económicos. Queremos precisar las causas que los originan.
Sabemos de sobra que producto de la división internacional del trabajo y de la acumulación originaria, los países donde crecieron las burguesías comerciales, industriales y financieras tomaron partido de esta ventaja y se configuraron como centros de poder económico con altas concentraciones y centralizaciones de capital que era expropiado o cedido de forma complaciente y sumisa por los terratenientes y después por la moderna burguesía, luego invertido en los países colonias. Pero estas inversiones estaban dirigidas a terminar de configurar un mercado interno para la colocación de mercancías y extracción de las materias primas que necesitaban. La burguesía tradicional aceptó el puesto dado a nuestro país en la división internacional del trabajo, siempre y cuando ellos lograran beneficiarse. ¿De dónde venía su beneficio?, de la renta petrolera, de la explotación de los trabajadores y la utilización de parte del mercado interno para crear un aparato industrial que les permitiera satisfacer necesidades básicas de la población y de esta forma enriquecerse. El aparato industrial de la burguesía local tradicional satisfacía las necesidades internas franquiciando la tecnología y maquinaria e insumos por parte de las grandes transnacionales, que fue una forma de apoderarse de parte del plus valor arrebatado a los trabajadores. La burguesía transnacional de forma directa invirtió sus recursos con la falsa ilusión de progreso, pero no era otra cosa que la explotación directa y del arrebato del plus valor por parte de estas grandes corporaciones. Con el desarrollo del capitalismo, la concentración y centralización de capital fue tan grande que los países industrializados necesitaron cambiar la estrategia, de allí el consenso de Washington; entonces les exigieron a las débiles y dependientes burguesías competir de forma directa, pues no estaban en condiciones de negociar y cedieron, allí se empezó un proceso de extracción del plus valor creciente y acelerado ya de forma directa por medio del endeudamiento internacional, que se daba a los países para que invirtieran en servicios públicos que luego usaban las mismas transnacionales para su beneficio, era la gran trampa el neocolonialismo, se definió y clavó sus colmillos para secar a todo el cuerpo social de los países que ellos descaradamente llamaron tercermundistas.
Ese modelo se agotó, entró en contradicción con las masas populares, con la clase media y el sector de la pequeña y mediana empresa y comerciante; solo faltaba un líder que dirigiera el nuevo descontento social y surgió Chávez, quien arrebató parte de la renta al imperio y a la burguesía tradicional criolla, la renta petrolera se invirtió en función de saldar la deuda social del país, es decir la deuda con el pueblo. Chávez se dio cuenta de lo poderoso y peligroso que era el Banco Central en manos de las grandes corporaciones financieras internacionales y éste fue estatizado. En la época de Chávez se recibió una gran cantidad de recursos que de alguna manera se dirigieron todos o casi todos al gasto social. El ahorro de esa parte de la renta no se hizo y, como sabemos, por ser un país dependiente del petróleo estamos expuestos a sus fluctuaciones, por tanto, debemos, en épocas doradas, ahorrar, crear fondos e invertir en los sectores productivos, de servicios, tecnológicos, entre otros, pero se gastó todo en la deuda social que era inmensa y todavía lo sigue siendo.
Pero ¿en qué afecta esta confrontación o pelea por el control de la economía venezolana al pueblo? Ya vimos como por el libre comercio se da rienda suelta a las grandes transnacionales para que nos exploten y se apoderen de nuestras materias primas, lo que nos coloca en un país que pasa a engordar el 80% de la media de pobreza mundial. Este modelo indudablemente es inviable e insostenible, no lo asevero como enunciado ideológico, pues esto está demostrado con cifras. Pero una vez que Chávez murió, la burguesía que siempre trató de ganárselo para su causa se apoderó de la maquinaria estatal, consiguieron la fórmula para iniciar el proceso de acumulación originaria que le pudiera dar la hegemonía en el futuro. ¿Cuál es el mecanismo que usa esta burguesía? Son tres elementos que se usan: en primer lugar, necesitan apoderarse de capitales, esto es la acumulación originaria, para esto definieron un perverso mecanismo de control de divisas, donde hay un dólar oficial subsidiado a 10bs por cada dólar, que es asignado monopólicamente y a discreción por el gobierno a la naciente burguesía. Hay un dólar paralelo, que se le asigna el precio por un convenio cambiario unilateral entre Colombia y Venezuela, que producto de la monopolización de las divisas, los pequeños empresarios y ciudadanos comunes que las necesitan acuden a este mercado en busca de la preciada mercancía llamada dólar; siendo por supuesto la demanda mayor que la oferta, la cotización se da superior al mercado real, por ser este un mercado marginal. A esto se añade la acción indiscriminada del BCV para imprimir billetes sin respaldo en la economía real, en función de cubrir el déficit público. En este momento se calcula que en Venezuela hay un porcentaje de 15.000% de billetes inorgánicos, lo que deprecia nuestra moneda frente al dólar y crea una espiral inflacionaria brutal, para este año 2017 se prevé puede rondar cerca de 2700%, lo que demuestra que es contraproducente esta gran cantidad de billetes inorgánicos para la economía. Para los que vivimos de nuestro esfuerzo y trabajo esto es mortal, pero para el proceso de acumulación originaria es beneficioso. ¿Por qué? Porque son mecanismos de extracción de plus valor. Al haber una gran cantidad de dinero en el mercado y una divisa casi regalada, esta burguesía tiene muchos bolívares para comprar pocos dólares, con el alto precio del dólar producto de la gran cantidad de bolívares los precios suben, de esta forma consiguen dinero barato y venden a precios sumamente altos; es decir, que lo que podía ahorrar el venezolano o usar para su disfrute está siendo extraído por los mecanismos inflacionarios, y si cada día los precios son más altos, para ellos es mejor, porque sus ganancias son más grandes y extraen toda la renta a los venezolanos, de ese modo nuestros ahorros van a parar a sus arcas. Esta es una descripción de lo que pasa, porque si el dólar está valorado por el estado en 10bs y según la cuenta, la relación real, es de un aproximado de 800bs por cada dólar, o sea hay un subsidio de aproximadamente 790 bs por cada dólar asignado a esta burguesía. ¿De dónde sale la diferencia o subsidio? ¿Quién la pone? Por un lado, se utiliza la renta petrolera, una agresiva policía fiscal y la inflación. Pero como ahora la renta petrolera es insuficiente, entonces se está entregando el Arco Minero del Orinoco para tener mayor cantidad de dólares y así poder completar su proceso de acumulación originaria. En síntesis, control cambiario, precio de las divisas subsidiado, renta petrolera, renta minera, impuestos e inflación son los mecanismos que está utilizando la actual burguesía para realizar su proceso de acumulación originaria. A esto tenemos que aunar la bonificación del salario, que aumenta la cantidad de plus valor extraído al trabajador y mantiene la liquidez necesaria en la economía para mantener un poder de compra adecuado por parte de la población y para la venta de mercancías por parte de la nueva burguesía; en pocas palabras, esta estrategia permite una liquidez para mantener un mercado interno. Pero el costo de esto es muy alto, en primer lugar, demuestra que desecharon todo el proyecto liderado por Chávez, hicieron como Páez y Santander a Bolívar; en segundo lugar, ponen en peligro su permanencia en el poder; y tercero, el costo social es muy alto.
Se calcula que Venezuela ha llegado otra vez a tener un 80% de población pobre, como consecuencia de los altos precios producto de la inflación de 750% el año pasado y de 2700% para este año, que ha arrinconado el salario en el nivel mínimo de subsistencia. En la actualidad, el salario de un alto funcionario público ronda los 280.000bs. (1,86 dólares diarios, si lo calculamos al precio del dólar paralelo que es con el que se comercia en Venezuela), el salario mínimo está por debajo de un dólar diario y el del pensionado no llega a los 0.50 centavos de dólar. Las Naciones Unidas plantean que una persona que viva con menos de un dólar al día está en pobreza extrema, es decir, todos los trabajadores del país que devenguen salario mínimo son pobres extremos. A esto tenemos que aunar los escases producto básicos y medicinas. La caída del Producto Interno Bruto (PIB), o sea del aparato productivo, se calcula cayó cerca de un 30% a nivel nacional. Contrastado este dato con Siria, que es un país en guerra, vemos que su PIB no cayó de forma tan dramática. A todo esto, tenemos que anexar que producto de la contracción del aparato productivo interno del mercado nacional, el desempleo ha crecido notablemente colocando a estos ciudadanos en pobreza crítica y extrema, algo nunca visto en la historia de nuestro país. Pero esta burguesía, para financiar el gran déficit que ha creado, ha endeudado al país de forma insospechada, y en la actualidad se calcula que Venezuela debe cerca de 300 mil millones de dólares. Representando esto una hipoteca del futuro de las generaciones por venir de Venezuela. Otro factor que determina la contracción del aparato productivo es que los capitales que la actual burguesía está acumulando no los coloca en Venezuela, estos están invertidos en las grandes bolsas de valores mundiales, en los grandes centros financieros internacionales, ganando dividendos, lo que se asumen como una gran fuga de divisas que se calcula ronda por los 150 mil millones de dólares. Pero la calamidad del financiamiento de esta acumulación originaria no termina allí, esta burguesía recibe una cantidad ingente de divisas, que tiene que convertir en Bs., y otra vez en dólares; como no hay producción nacional, recurren a la importación de todo tipo de productos que justifique comprar dólares y bolívares, lo que hace al país no solo mono productor, sino todavía aún más dependiente, como no hay mercado interno se tiene que recurrir al internacional. En Venezuela no se garantiza la soberanía agroalimentaria que era una meta de la revolución dirigida por Hugo Chávez y tampoco la producción nacional que nos haga libre, independientes y soberanos.    

La crisis moral.
Toda esta crisis política y económica ha llevado a una eventual corrupción del pueblo venezolano. Surgieron los llamados Bachaqueros, atacado por el gobierno, pero en sí, estos son producto de una política económica direccionada a beneficiar a un pequeño sector de la población. Cuestión demostrada anteriormente. Estos bachaqueros son la expresión más fiel de la descomposición social vivida en Venezuela. Los valores de usura, especulación, son llevados a niveles astronómicos. Estos son un producto residual de los verdaderos bachaqueros que son los financiados por el gobierno con divisas subsidiadas con el trabajo de todos los venezolanos.
La confrontación política ha arraigado el odio y la exclusión, es común ver a un defensor del gobierno que saque de tal programa social a tal persona por ser partidario de la oposición, el rencor se ha instalado como práctica política y humana, que carcome poco a poco el alma de muchos venezolanos.
El tráfico de influencias en las instituciones se ha incrementado, la lucha por la sobrevivencia ha llevado a muchos venezolanos a idear un conjunto de prácticas contrarias a sus valores con el fin de sobrevivir en medio de la profunda crisis. El matraqueo y rebusque ya no es una actividad escondida, se ha vuelto cotidiana, es parte de la cultura.
Se ha creado una valoración anti patriota y anti defensa del país por parte de muchos venezolanos que ven en la intervención de Venezuela, por una potencia extranjera, una salida a la crisis. Esto es tan perverso, tan anti natura, que creo somos el único país del mundo donde una parte de la población pide a gritos al imperio que nos invada, que no importa más nada, lo necesario es salir del gobierno actual.
Los valores de odio, rencor, revanchismo, burla, humillación, mentira, fanatismo, son utilizados como armas políticas. Usan las más modernas técnicas psicológicas de manipulación de masas para inducir comportamientos en los ciudadanos, en sus cercanos partidarios y en los militantes de sus causas. Pero estos valores están corrompiendo y obstruyendo la posibilidad de un acuerdo de paz social.  

La crisis de Soberanía y ambiental
El nuevo proceso constituyente se ha llamado apelando a la soberanía nacional, pero muy poco se ha hablado de la situación del Arco Minero del Orinoco. La entrega de las riquezas mineras del país a empresas norteamericanas, canadienses, rusas y chinas. Digo entrega porque al igual que con el petróleo solo vamos a recibir una renta, las materias primas saldrán del país, para ser procesadas en los grandes centros industriales, apegándonos a los que decía Samir Amin del control de las materias primas por parte del imperio, más claro no canta un gallo, estaremos puestos al servicio de la lógica del capital imperialista. El país aumentará su riqueza porque tendrá más renta, pero el problema es a dónde se dirige ésta. Por lo que hemos explicado, esta renta va a parar al proceso de acumulación de capital de la burguesía tradicional y de la nueva burguesía que está en un proceso de acumulación originaria, como hemos visto estas dos burguesías se apegan sumisamente a la lógica de acumulación capitalista domínate del planeta, invertirán esta renta donde les dé más dividendos, esto es en las grandes bolsas de valores del mercado financiero internacional. El hecho de entregar los recursos minerales para el goce y fortalecimiento de las grandes transnacionales ya es un asunto anti nacional, sumado a la inversión de esta renta en el sistema financiero internacional son elementos que indudablemente lesionan la soberanía nacional.
Por otro lado, Venezuela es poseedora de tres grandes plataformas continentales que albergan una de las más grandes y diversas especies marinas del planeta. Una de ellas está en el lago de Maracaibo, que fue acabada con la explotación petrolera del siglo pasado y de este. La otra está frente al estado Sucre, en el mar caribe, todavía casi virgen, pero amenazada por la explotación gasífera. La otra está al frente de la desembocadura del Río Orinoco en el delta del Amacuro, en el océano atlántico. Con la explotación del Arco Minero del Orinoco no solo perderemos una selva que es parte del patrimonio de la humanidad, uno de los afluentes de agua dulce más grandes del planeta, que también es portador de una gran biodiversidad biológica, sino que también acabaremos con una de las tres plataformas continentales del país y una de las pocas del mundo. ¿Por qué es importante proteger estas plataformas continentales? Muchos científicos a nivel mundial han denunciado la situación de crisis alimentaria que se puede presentar en el planeta producto del calentamiento global. Las plantaciones pueden ser arrasadas por largos periodos de sequía o por grandes periodos de lluvias, por la creación inesperada de huracanes, entre otros, en tal sentido, la comunidad de científicos internacionales recomienda que la alimentación proveniente del mar es la más segura, ya que no es afectada por sequías, lluvias o por huracanes y, además, es más sana porque no necesita pesticidas y elementos químicos que entran en el cuerpo humano y crean anomalías como el cáncer, entre otras enfermedades. En tal sentido, acabar con esa plataforma continental por el uso del cianuro sería hipotecar el futuro de Venezuela, sería dejarlos sin nada, sin patria, sin recursos, les estaríamos dando a las futuras generaciones un país devastado ambientalmente, sin posibilidades de garantizar una vida digna y plena. 

  Contradicciones del llamado a constituyente

¿Está desactualizada la actual constitución del año 99?
La constitución del año 1999 es una de las constituciones más avanzadas de la humanidad, a pesar que sigue siendo un instrumento del cual se puede apoyar una minoría para explotar a las grandes mayorías, también puede ser un instrumento de liberación, este último aspecto es el que no les gusta a las elites, tanto nacionales como mundiales. Siendo una de las más avanzadas, tanto así que pareciera estar adelantada a este tiempo, claro para ponerla más al servicio de la liberación del pueblo venezolano había que hacerle unas reformas, enmiendas, pero no reformarla con una Asamblea Nacional Constituyente, que implica desecharla para redactar una nueva y refundar la República.  
 No pretendo hacer un análisis detallado de esta constitución para defenderla, le dejaré eso a los juristas, seguiré apegado al análisis social y político.
Nuestra constitución establece clara y definidamente, y en casi todo su articulado, la defensa de la soberanía nacional, que es de vital importancia mantenerlo porque el mundo donde vivimos no podemos quedar expuestos a las pretensiones desmedidas de acumulación del capital de la elite mundial. Esta elite no tiene patria, es explotadora, opresora y tiene al mundo viviendo en una gran pobreza; como venimos viendo, el puesto que nos asigna es aportar materias primas, de petróleo y ahora minerales. Si no defendemos la soberanía nacional quedaremos expuestos a los designios del gran capital financiero y transnacional que no tiene otra intención que explotarnos y despojarnos de nuestros recursos naturales para el disfrute de ellos y no nuestro.
De igual manera, la constitución de 1999 está marcada en la defensa del hecho social, es una constitución que le da al pueblo garantías sociales, expresadas como derechos humanos fundamentales, derecho a la salud, educación de calidad, cultura, recreación, agua potable, entre otros, cuestiones que no son del gusto de las elites, pues para ellos no son derechos sociales fundamentales sino más bien son mercancías que deben ser comerciadas libremente en el mercado. Para la elite es inconveniente tener esto en el texto constitucional, pero para la elite en pugna puede estar, si se hace cumplir o no les da igual. En pocas palabras, para la elite tradicional esto es un peligro ideológico inminente y un atentado contra el libre mercado, para la otra debe ser letra muerta.
La constitución del año 1999 es novedosa porque establece una nueva división de poderes, manteniendo los clásicos ejecutivos, legislativo y judicial pero anexa el poder ciudadano o moral como un poder autónomo, planteado en la doctrina Bolivariana. La separación del poder electoral del ejecutivo es algo casi inédito en el mundo y el poder moral también lo es. Esto son aspectos super importantes en nuestra constitución porque el poder moral abrió una ventana para el control del poder judicial y viceversa, lo que mejora notablemente el sistema de administración de justicia haciéndolo más transparente y justo.
Esta constitución establece un sistema socioeconómico bien soberano, que impide las concesiones a empresas transnacionales de nuestros recursos naturales e incluso del agua, este puede ser el nudo que quiere desatar Maduro y su elite para entregar el Arco Minero del Orinoco y activos de PDVSA con más libertad, es un sistema que respeta las libres asociaciones así como la iniciativa privada, pero condena el monopolio, el control monopólico del mercado, condena la especulación, la usura, entre otros; podemos decir entonces que la constitución promueve un sistema socioeconómico justo, que abre la ventana a otras formas de asociación productivas diferentes a la privada. Establece por parte del Estado controles claros a los excesos del mercado y a sus externalidades. Es un régimen que protege al productor nacional, y defiende las finanzas nacionales en manos del Estado y no de corporaciones transnacionales, esto no es más que el control del BCV por parte del Estado y no por los intereses privados.   
Es una constitución que defiende los derechos humanos, los consagra de forma explícita, tácita, sin ambages, se puede decir que es una constitución humanista. También consagra de forma magistral los derechos civiles de los ciudadanos, como también sus deberes. Entre ellos una de las conquistas más grandes de la humanidad como lo es la elección universal, secreta y directa.
El nudo gordiano de esta constitución está en la democracia participativa y protagónica. Es su centro, es donde está toda su belleza, su majestuosidad, es por esto que fue y sigue siendo tan atacada. La democracia es un sistema de gobierno muy antiguo, esta no está exenta de horrores, pero puede ser también un instrumento de liberación, depende de la case que detente el poder del Estado. Por ejemplo, en la democrática Atenas, ya hace más de 2000 años, fue donde se puede decir que se dieron los primeros pasos a la configuración de sociedades democráticas, organizadas en ciudades-estado. Pero esta democracia tenía como base de la producción la mano de obra esclava. Esa era una sociedad esclavista, pero la elite de aquel entonces tenía que ponerse de acuerdo en los asuntos públicos como la guerra, entre otros, por eso diseñaron un sistema donde sólo las clases dominantes de esa sociedad se pudieran poner de acuerdo en los asuntos políticos de trascendencia para la ciudad-estado. Esto fue la ciudad estado democrática. Pero es con la revolución francesa donde se afianza la democracia moderna. La democracia francesa nace también como instrumento de la naciente burguesía, para ponerse de acuerdo en el sistema de explotación y coloniaje que llevaban adelante en esa época. Pero esa democracia nació sin el voto de las mujeres y de otros sectores, la lucha de esos sectores abre su participación en el sistema democrático, pero no más en el control del Estado que sigue en manos de las elites. En Venezuela la democracia nace montada sobre el Estado nacional configurado por los caudillos venezolanos, para darle legitimidad a la fortalecida burguesía que pasó más de 150 años en un largo y tortuoso proceso de acumulación originaria. A pesar de que era una burguesía parasita del sistema capitalista internacional necesitaba un estado y una democracia que legitimara su dominio económico sobre la sociedad, la democracia representativa fue la mejor vía, era la chaqueta que se ajustaba a sus intereses. Con esta podían posesionar, por medio del control mediático y comunicacional, a sus personeros en los cargos del Estado y así estos operarían a su favor. En toda esta democracia, el pueblo fue excluido, al igual que las mujeres, en Francia y los esclavos en Atenas. Es con la democracia participativa y protagónica que el pueblo de Venezuela encuentra el mecanismo de impedir que las elites usen la democracia para su provecho y deciden participar en los asuntos de interés público. El hecho de que el pueblo venezolano haya tomado la decisión de ser parte del poder irrita mucho a las elites, no les conviene compartir el poder con las clases populares, deben mantener el dominio absoluto y concentrar el poder de tomar decisiones en sus manos.
El pueblo venezolano ha asimilado esta constitución, la convirtió en praxis política, sobre todo en la defensa de los derechos sociales y civiles consagrados en ella, pero la democracia participativa y protagónica sigue siendo una deuda. Todavía percibimos que no hemos asumido este precepto a cabalidad y seguimos dando las mayores responsabilidades a los representantes que elegimos (presidente, gobernadores, alcaldes y legisladores), no terminamos de crear los mecanismos legales y de organización real que permitan el ejercicio directo de la soberanía nacional en manos del pueblo explotado y oprimido. Todavía hay muchas leyes que crear para este ejercicio, la ley de consejos comunales fue un intento, pero fue mediatizada por los viejos valores de la democracia representativa y por las viejas estructuras de poder del viejo Estado, el poder constituyente no es solo un acto asambleario, no, el poder constituyente en una revolución, es donde el pueblo no solo crea los mecanismos de participación y protagonismo para el ejercicio del poder. El poder constituyente es un proceso de construcción del poder político, del económico; es la resolución de un pueblo para superar los mecanismos de explotación y opresión que las clases dominantes de una sociedad han cernido sobre todo un pueblo.
    
¿Cómo convocar a un proceso constituyente si uno, repito uno, de los medios de participación que son los partidos están en proceso de relegitimación?
Entendemos entonces que vamos a un acto constituyente para ampliar la democracia y seguir transformando toda la sociedad para hacerla más justa. En tal sentido, todas las organizaciones y formas organizativas del pueblo deben estar plenamente activadas. Pero en estos momentos una de las formas organizativas y de participación son los partidos políticos, estos en su gran mayoría se encuentran en un proceso de relegitimación, otros no quieren ir a ese proceso porque se considera que la nueva ley de partidos políticos es contraria a los principios constitucionales de libre organización. ¿Cómo resolverán el problema de los ciudadanos que quieren participar por medio de un partido político?

Consideraciones críticas al llamado constituyente

Lo político por lo político no resuelve la crisis
Para iniciar estas consideraciones críticas, entendiendo que la crítica no es un discurso contrario a lo que se comenta, iniciaré esta parte del escrito analizando un párrafo de Carlos Marx, escrito en su libro Crítica a la Filosofía del Derecho De Hegel.
“Mientras más poderoso sea el estado, y en consecuencia más político resulte ser el país, menos se inclinará a captar el principio general de las dolencias sociales y a buscar el fundamento de estas en el principio del estado, o sea la estructura presente de la sociedad, cuya expresión activa, consciente y oficial es el estado. La mentalidad política es mentalidad política precisamente porque piensa dentro del marco de la política. Mientras más penetrante y despierta es, más incapaz de entender los males sociales resulta ser. El periodo clásico de entendimiento político es la Revolución Francesa. Lejos de ver la fuente de las deficiencias sociales en el principio del estado, los héroes de la Revolución Francesa vieron en cambio el fuete de los males políticos en los defectos sociales. Así, Robespierre veía en la gran pobreza y en la gran riqueza tan solo obstáculos para la democracia pura. Por consiguiente, quiso establecer una frugalidad espartana universal. El principio de la política es la voluntad. Mientras más parcializada y, en consecuencia, mas perfeccionada, resulta ser la mentalidad política, mas cree en la omnipotencia de la voluntad, mas ciega es para los limites materiales y espirituales de la voluntad, y más incapaz es, por consiguiente, de descubrir la fuente de los males sociales”.

Carlos Marx es un agudo pensador al que estamos obligados a citar por ser extremadamente certero. Siempre hemos entablado un debate en torno al Estado. Para Marx este es una maquinaria de explotación de una clase hacia otra. Gramsci, pensador italiano, por su parte, planteaba el concepto en términos más humanos: es una organización de seres humanos para la explotación de las clases dominadas. De tal manera que si el Estado es en cierta forma una organización para la explotación, las clases objeto de la explotación aceptan esta, luchan dentro de las reglas del juego de la clase dominante para ser menos explotados o buscan la forma de instaurar un modelo de organización donde no estén explotados. Lo primero es lo que desean las clases dominantes, lo que normalmente hacen los socialdemócratas y organizaciones reformistas y revisionistas, lo segundo es por donde tomó partido Marx y Gramsci: la liberación total de la clase social oprimida y explotada. Por eso plantearon una revolución socialista, porque para acabar con la explotación no había que hacer un cambio en la cantidad en que se sea explotado, si no en la cualidad de la organización social que no permita la explotación. Para ello plantaban como sujeto del cambio social la organización de los obreros, en función de construir un poder y tomar la maquinaria del Estado burgués para destruirlo y construir un Estado socialista que transfiera los medios de producción, y permitiera las transformaciones políticas, culturales, científicas, entre otros, al pueblo y el mismo se fuese extinguiendo poco a poco. Pero lo importante es entender que es un cambio de cualidad, es pasar de una sociedad a otra. Marx, en la cita, nos dice: mientras se crea que los problemas políticos, que son los problemas del Estado, pueden resolver la situación de las demás calamidades sociales, entonces caemos en una falsa conciencia. Mientras este concepto está más apoderado por los individuos, más difícil se les hace ver el resto de los problemas sociales, los cuales no solo tienen solución en el marco de la política y del Estado. Es algo que está pasando en Venezuela tanto con el discurso de la oposición como del gobierno. La oposición dice que el problema del país es el gobierno de Nicolás, que con salir éste de Miraflores, como por arte de magia, todos los demás problemas terminarán. El gobierno plantea la salida a la crisis con una Asamblea Nacional Constituyente. Las dos son medidas políticas, en el marco del Estado. Proponer que, si la Asamblea Nacional Constituyente se instala y redacta una nueva constitución, desaparecerán los problemas de la sociedad venezolana como por arte de magia, es también una falsa apreciación. La crisis venezolana no es producto de un problema exclusivo de medidas políticas, de la constitución, he allí parte de las dolencias. El problema es que hay un mundo gobernado por un conjunto de organizaciones de escala planetaria que están diseñadas para explotar al resto de los pueblos del mundo, incluidos los pueblos de los epicentros industriales y militares. La situación es que esa elite mundial diseñó los mecanismos para realizar un proceso de acumulación originaria de capital -desde hace cuatro (4) siglos atrás- y un proceso de acumulación, concentración y centralización de capitales que todavía no ha terminado, todo ese capital sale de la apropiación del plus valor de todos los habitantes de este planeta que trabajamos. Venezuela es un país al que se le dio la posición dentro de ese sistema de ser productor de materia prima, en este caso energía fósil, petróleo. Sin embargo, tampoco deja de tener una población explotada, e incluso su misma clase capitalista es explotada porque esta es solo un apéndice del gran sistema de explotación de las grandes corporaciones transnacionales. El problema fundamental no es político, es económico, es social, lo que pasa es que nos hemos politizado tanto que creemos que todo se resuelve en el Estado.
Para resolver la crisis venezolana no solo debemos ver hacia el Estado y sus manifestaciones políticas, hay que echar una mirada hacia los otros factores que concretan la vida social del ser humano viviendo bajo la organización capitalista de la sociedad. Por eso se planteó el debate del Estado, pero más allá del debate del Estado está el debate de toda la sociedad.

 Si la constituyente no es originaria es una farsa
Desde que se aprobó la constitución del año 1999 el proceso constituyente quedó activado. Porque entendemos que la organización de los explotados no se puede resolver en medio de la representatividad, esto debía pasar por la participación protagónica para resolver los grandes problemas que aquejaban a toda la nación. Este protagonismo es el poder originario, el poder originario no es un acto, un decreto, una acción, una proclama, no, es la construcción perpetua de la nueva organización social. ¿En qué debió convertirse el poder del Estado representativo? Éste debió ser un potenciador de la nueva organización social que nacía, esa organización es el verdadero poder constituyente originario, en los consejos comunales, ese poder protagónico no tiene nada que ver con el poder representativo, no tuvo que ver, como lo indicó la historia, con que los funcionarios que fueron electos por voluntad popular trataron de perfeccionar la repetitividad y trataron de anexar a los consejos comunales el Estado representativo con políticas clientelares, logramos el objetivo de mediatizar a la naciente organización originaria y la convirtieron en una instancia de repetitividad, que depende íntegramente de la renta petrolera, como el resto del Estado.  Si los consejos comunales son vistos como entes de representatividad política y de esta forma se anexa al Estado burgués para que dependan de la renta, entonces habremos matado la revolución, a su poder constituyente originario. China vive una situación similar, en China hay cerca de 600 millones de campesinos que viven organizados en comunas, que producto de la revolución cultural viven de forma modesta y con necesidades básicas. ¿Qué vio el capitalismo en estos 600 millones de chinos campesinos?, la base para el subsidio de una mano de obra barata que podía ser objeto de explotación por parte del gran capital, así lo hicieron, trasladaron capitales a China aprovechado esa situación, potenciando el proceso de concentración y centralización de capitales y abriendo un mercado de 1200 millones de habitantes. Un sector del pueblo chino se dio cuenta que podía iniciar el proceso de acumulación originaria y lo inició, este proceso lo cumplieron apoyados por el Estado y ahora están en un proceso de concentración y centralización de capitales que tiene la capacidad de desafiar la hegemonía del capital norteamericano. Esto nos indica que el capital logró la forma de aprovecharse de la organización colectiva del pueblo chino para continuar amasando riquezas y perpetuando la explotación. Si los consejos comunales son anexados al Estado representativo, se hacen dependientes de éste y este Estado depende de la renta petrolera, entonces no serán más que eso: una forma de organización al servicio del capitalismo transnacional globalizado.
El poder originario entiendo es la fuerza del pueblo creando nuevas formas de participación y protagonismo, de producción, culturales, políticas, entre otros, para superar a la sociedad capitalista, que es la que sustenta la explotación del pueblo, en tal sentido, la constituyente debe apelar a este poder no como un acto asambleario si no como un acto de revolución permanente, de construcción de poder popular en constante movimiento, en este proceso de construcción de espacios de poder y producción permanente es el verdadero despliegue del poder originario constituyente. Ahora, cuando el ordenamiento jurídico existente choque con los nuevos espacios constituyentes, entonces estos se adaptan y se sigue avanzado permanentemente.
Está claro que si la iniciativa constitucional no está respaldada por el poder participativo, protagónico y originario del pueblo, la constituyente no se está convocando como resultado de resolver contradicciones entre el poder originario y la actual constitución, como lo dijo el presidente es un espacio para la paz, pero la paz entre los venezolanos no está amenazada por el poder originario del pueblo, está amenazada por las contradicciones entre la burguesía tradicional y la moderna, en tal sentido este proceso no es originario, no es originario ni por su convocatoria ni por las contradicciones a resolver.
   
El problema es de leyes o de actores políticos comprometidos y convencidos
Según lo que hemos expuesto, el problema no es tanto de leyes y de que se cumplan, este es uno de los problemas. Pero más allá de eso, es un problema de actores políticos convencidos del camino revolucionario, el Estado representativo venezolano y la elite burguesa aplastaron a las fuerzas revolucionarias en ebullición, consiguieron los mecanismos para mediatizarlas o ponerlas al servicio de un nuevo proceso de acumulación. Los actores que protagonizan la escena política venezolana no tienen compromisos con el pueblo, una burguesía que no reconoce ningún derecho que hemos llamado tradicional y otra que sabe que hay que reconocer derechos para que estos acepten el sistema y no impidan el proceso de acumulación y de concentración y centralización de capitales.

¿Resolverá el problema de la paz el llamado a constituyente?
Este problema nada tiene que ver con la constituyente. La paz es una acción, un proceso político, no un acto político, no podemos confundir esos conceptos. Los errores cometidos por la naciente burguesía venezolana fueron muchos, entre ellos fue el alejamiento de las aspiraciones revolucionarias de las bases populares, el abandono de las políticas sociales, una política económica dirigida solo a un sector hizo que la gran mayoría se desencantara del proceso revolucionario y le retiraran el apoyo, tanto que se perdió poder de movilización, la mayoría electoral, de convocatoria, que era vital para detener las intenciones violentas de la burguesía tradicional. Los dos sectores están igualados en fuerza, fueron a una mesa, se dialogó, pero cada quien trató de imponerse y fracasó. En tal sentido, la igualdad de fuerzas siempre se resuelve por dos vías: diálogo o guerra, estos sectores han decidido ir a la guerra, todos los venezolanos vamos a sufrir una situación que no veíamos en el país desde el siglo XVIII. ¿Cómo puede resolver el gobierno esta situación?, una con el diálogo, donde necesariamente tiene que dar concesiones, y otra por la vía de retomar el camino revolucionario. El primer aspecto es lo que están tratando de hacer con la constituyente, sentarse en una mesa nacional de diálogo, pero embestida de legalidad y legitimada por la voluntad popular, donde se lleguen a acuerdos, que sean fundamentados como ley que después nadie viole. Retomar el proceso revolucionario, creo que eso está descartado de antemano por parte de la nueva burguesía, el poder originario del pueblo será convocado para reafirmar un acuerdo entre las dos burguesías y termine de detener el proceso de constitución del pueblo en una nueva institucionalidad que rompa con la explotación.

¿Resolverá la constituyente el problema económico y social del país?
El problema económico del país no tiene sus consecuencias directas en el Estado, no por casualidad los economistas liberales plantean que el Estado no tenga injerencia en la economía y que todo debe ser controlado por la mano invisible del mercado. Mientras el Estado sea ajeno a los temas económicos, mejor para la economía de libre mercado. Estos lo único que necesitan es que el Estado garantice el régimen de propiedad, la proliferación de mano de obra libre y un mercado de libre competencia. Pero también necesitan que éste sirva como ente de cohesión ideológica y en el caso de que no se pueda lograr el consenso ideológico, es decir que los explotados acepten ser explotados, entonces hay que recurrir a la fuerza y ésta tiene muchas manifestaciones.
De tal manera que las raíces del problema en lo económico es la estructura dependiente, rentista, parasitaria, nomoproductora de nuestra economía. Eso sería lo estructural, en lo inmediato está en el sistema de administración de divisas que ha sido puesto al servicio para impulsar una nueva burguesía en detrimento del resto del pueblo. Muchos de los problemas de escasez, de falta de divisas, entro otros, son parte de las consecuencias de la monopolización de las divisas y asignación a una parte de la burguesía. Hay muchas otras cosas, pero creo que para empezar a resolver el problema económico este sistema debe ponerse al servicio de una mejor distribución de la renta, que garantice el abastamiento, los derechos sociales y el impulso de un nuevo modelo de producción. Con un decreto de un día y una fuerte voluntad política para impulsar esto, la situación mejoraría. Esto traería como consecuencia el tener que romper con esa otra burguesía, que a lo mejor Nicolás ve como inconveniente ya que existe la posibilidad del enfrentamiento entre ambas burguesías y lo sacarían del poder.

Relación del llamado a constituyente con las elecciones de gobernadores vencidos y las de los alcaldes que se vence este año
Es indudable que el actual gobierno venezolano está deslegitimado. El apoyo popular ha caído drásticamente. El 80% de los venezolanos valora la gestión del presidente Maduro como mala para el país. La confrontación con los partidos aliados del polo patriótico le descuenta un apoyo de casi 1.200.000 mil votos y la ventaja de Nicolás en las elecciones fue de menos de 200 mil votos. Las organizaciones de base han perdido vigencia y han sido sustituidas por la política de emergencia de abastecimiento ejecutada por medio de los CLAP, los cuales han tenido un desempeño poco loable. El PSUV a lo interno es un partido dividido, más por intereses personales que por concepciones programáticas e ideológicas, pero este partido en la actualidad está direccionado por el pragmatismo y por una burguesía ávida de renta. A todo esto, se aúna la crisis económica que describimos anteriormente, lo que pone al PSUV en una situación electoral de desventaja. Las elecciones de referéndum revocatorio presidencial lograron ser evadidas un tanto por la torpeza de la MUD, por interpretaciones legales que dieron largas al proceso hasta que lo puso a destiempo, la oposición en esta querella se olvidó de las elecciones a gobernadores y también les fue pospuesta para mediados de este año; en medio de una maniobra que evitara las regionales, el PSUV, en acuerdos a puerta cerrada con los directivos afectos del CNE, propusieron la relegitimación de los partidos para retrasar el llamado a elecciones regionales por lo menos por un tiempo más.
Agotadas todas las maniobras legales, con una violencia desatada por parte de la MUD, que también ha sido respondida con violencia por parte del gobierno, ahora están en un debate para ver quién es más violento, si la MUD o el gobierno. Las redes sociales están inundadas de fotos o videos donde se trata de acusar al otro de ser violento, están como los hermanos que se peleaban e iban a decirle al papá o mamá: “papá que él me pegó primero” y el otro respondía: “no, fue él”, es una falta de madurez política total. En medio de esta crisis política y de gobernabilidad, Nicolás propone la Asamblea Constituyente con objetivos, analizamos anteriormente, que ya están establecidos y ampliamente desarrollados en la constitución del 99, pero una vez más, es una maniobra que trata de huirle a un proceso electoral, esta iniciativa presidencial que debe ser consultada al pueblo, va a ser convocada directamente. Ahora hay que ir a unas elecciones de constituyentistas donde el gobierno se va a reservar unos sectores para poder ver si hace mayoría. Después de una discusión del nuevo texto constitucional, se tendrá que llamar a referéndum para aprobarlo; de ser positivo tendrían que relegitimar todos los poderes, suprimir los que se tengan que suprimir y anexar los que se tengan que anexar, es decir, que al final hay que ir a una elección universal, libre y secreta para legitimar todo esto; que a fin de cuentas busca, sin duda, ganar tiempo y lograr el acuerdo entre ambos sectores y así acelerar el proceso de entrega del Arco Minero del Orinoco, con el fin de obtener los recursos que necesitan para ganar las elecciones, continuando con el proceso de acumulación originaria; todo esto sacrificando el ambiente y al pueblo venezolano que será despojado de una gran riqueza.     

Entonces, si el llamado a constituyente no es para seguir fortaleciendo la revolución ¿para qué es.?
Como ya dijimos anteriormente es una maniobra política, el teórico italiano Antonio Gramsci decía que la política es una guerra de pociones y de maniobras. Como vemos, la burguesía tradicional y la nueva burguesía tienen sus posiciones definidas, sus objetivos claros, su concepción del mundo establecida, es decir, si ya las posiciones están expuestas todo lo demás son maniobras. A la luz de la teoría política, esto que vive Venezuela es una guerra de maniobras entre dos sectores de la sociedad para tratar de vencer, la guerra civil también inclusive es una opción para ellos; decía el teórico militar alemán Clausewit: “la guerra es la política por otros medios”. Es decir, la guerra es parte de una maniobra para buscar derrotar al enemigo. Entonces la Asamblea Nacional Constituyente no es una necesidad para refundar la República, porque ya esa constitución esté agotada o choque contra las aspiraciones del poder constituyente originario del pueblo, porque ese poder constituyente fue mediatizado y anexado al Estado burgués. Esta maniobra es para ganar tiempo, producto de que se acercan unas elecciones y no tienen la mayoría para ganarla. Es una maniobra de distracción para hacernos creer que la constituyente es una varita mágica que resolverá los problemas de desempleo, inflación, quiebra del aparato productivo, pobreza, inseguridad, desabastecimiento, entre otros, también trata de erigirse como un foro nacional, respaldado por el pueblo para ver si se llegan a acuerdos que sean refrendados por la gran mayoría nacional. Buscará también ser una chaqueta a la medida para que la entrega del arco minero no sea inconstitucional y poderlo hacer de forma más acelerada.

La constituyente como medida para acelerar el proceso de acumulación originaria
Nuestra constitución es muy clara en su articulado sobre los derechos civiles, económicos y sobre el sistema socioeconómico, ésta impide el monopolio y dice muy claramente que los minerales y todos los recursos naturales son propiedad del Estado, es decir, de toda la sociedad y la explotación de estos será en beneficio de todo el pueblo. Claro, desde mi punto de vista el Arco Minero no debe ser explotado, creo que la biodiversidad biológica, la vida que hay allí vale más que todo el oro, coltán, aluminio, entre otros minerales. Esas son riquezas para este modelo económico de acumulación capitalista, pero no son riquezas para un modelo de sociedad autosustentable, humano y centrado en la máxima a cada quien según su necesidad y capacidad. Como los precios del petróleo bajaron y sabemos que por ahora no van a subir, la captación de renta por parte de la naciente burguesía bajó dramáticamente, entonces hay que buscar la manera de subir esa renta, todo esto para terminar su proceso de acumulación originaria, para hacer eso y quedar bien ante la historia, eso debe refrendarlo el pueblo. Cuando las futuras generaciones, que van a estar quebradas, en la miseria, busquen quién fue el responsable de su pobreza, encontrará que fue el mismo pueblo. Pero la culpabilidad no será antídoto para curar el daño ya echo. Ese daño que se le está haciendo a Venezuela y a las futuras generaciones de venezolanos hay que pararlo ahorita, mañana puede ser tarde. 

Si la constituyente es dirigida por las elites en el poder es una farsa
En tal sentido, la constituyente tenía que ser entendida como un proceso que más bien naciera del poder originario y no producto de las contradicciones que saltan a la vista entre el Estado naciente y este viejo Estado burgués que solo sirve para oprimirlo. Este poder constituyente fue paralizado, anexado al Estado burgués, la elite convoca a una constituyente como maniobra para ver si sigue detentado el poder, esta no es una constituyente originaria y su carácter originario no lo determina quien convoca, su carácter originario se determina en para qué se convoca, si para caldear los ánimos o para darle más fuerza al poder constituyente originario popular. Esta es una constituyente convocada por una elite para llevar a cabo su programa, que no es precisamente el programa del pueblo. 

La polarización mediática y partidista como limitante para el poder popular
La polarización es indudablemente un arma de las clases para mantener el poder, cualquiera que sea el resultado, el sistema de acumulación se mantiene. Pero estas elites han creado un sistema de partidos que son instrumentos ideológicos, de movilización y de maniobra para imponer la mayoría, son maquinarias que financiadas por el Estado o por la burguesía tradicional permiten concentrar adeptos a su causa y desmovilizar a los sectores revolucionarios dispersos, con el fin de crear la conciencia de que el enemigo es muy fuerte y, por tanto, hay que unirse a cualquiera de los dos, total nada va a cambiar. Esta polaridad es mantenida por los medios de comunicación, tanto de la burguesía tradicional como del Estado, convirtiéndose en instituciones al servicio de uno u otro sector, son parte de sus partidos, son sus secretarias de propaganda. La guerra mediática es cruenta, alienante, estresante y ahora, con el uso de las redes sociales, mucho más, bombardeada la conciencia de los ciudadanos para tomar partido por una de las opciones en pugna. Que si las revisamos a fondo no son más que dos burguesías luchando por apoderarse de las riquezas del país, tanto naturales como humanas.

¿Qué podemos hacer los sectores revolucionarios y socialistas?

La lucha de clases en Venezuela
Lo primero que debemos asumir los sectores revolucionarios del país es que lo que vivimos actualmente en el país no son caprichos de grupos de dirigentes en Venezuela. Cada actor político es representante de los intereses de una elite, que se reproduce en la realidad en relaciones de producción y en sus formas ideológicas. Estamos en presencia de momentos agudos de la lucha de clases en nuestro país. Los actores son la burguesía tradicional y la naciente burguesía que está en proceso de acumulación originaria, la primera quiere impedir a toda costa que la segunda logre culminar su proceso, para seguir ella dominando la escena política y ser la usufructuaria de los más de 54 mil billones de dólares que tiene Venezuela en reservas de petróleo y minerales del Arco Minero del Orinoco. Léase bien: 54 mil billones de dólares en reservas probadas y todavía falta por cuantificar. Esas reservas son las que están en pugna. El imperio norteño entra en la jugada porque las materias primas las quieren al menor costo y es parte de su estrategia de dominación (como lo explicamos al inicio del escrito). La burguesía tradicional, a cambio del apoyo del imperio, le ofrece estos recursos naturales al menor costo, para los gringos poder bajar los costos de producción y tratar de rescatar su maltrecha economía. Pero al final, el flujo de trabajo y de recursos naturales irán a parar al sistema financiero internacional alimentado al régimen globalizado. Si la burguesía naciente logra resolver las contradicciones de costos con el imperio serían sus aliados predilectos del mundo.
Teniendo en cuenta lo anterior, vemos que sí hay una lucha entre las elites, las dos usan al pueblo para legitimar sus aspiraciones de dominación, entonces estamos ante una lucha política, pero también es económica porque están en juego los recursos naturales del país, el costo de la mano de obra, y las dos burguesías necesitan la mano de obra barata, por eso la bonificación del salario. Por último, vemos que cada burguesía impone su criterio, su visión del mundo, tienen su ideología, una más retrógrada que otra, pero la imponen por medios de los mecanismos mediáticos con los que cuentan en la actualidad, esto está ubicado en el plano ideológico. Entonces la lucha debe ser política, económica e ideológica. 

Por el rescate del movimiento revolucionario venezolano
En lo político, si nos damos cuenta que las dos burguesías tienen sus formas de organización para desarrollar sus planes y hacer realidad el cumplimento de sus aspiraciones, en tal sentido los revolucionarios debemos ir al rescate del movimiento popular revolucionario que tiene Venezuela. El movimiento popular no está en cero, tiene variadas formas organizativas muy desarrolladas, las cuales debemos convertirlas en un bloque, en una fuerza de poder, apertrechada en un programa de lucha revolucionario con un espíritu común, en una batalla ideológica permanente que logre desfasarse de la actual burguesía y prosiga con su proceso de emancipación. Debemos demostrar que el proyecto político de la MUD y del PSUV están dentro de la lógica de explotación capitalista, que no son parte del proyecto revolucionario emancipador. Es una tarea titánica, que busca romper con la polaridad signada en el país por los intereses de la burguesía. Esta organización debe ser de cuadros revolucionarios que deben dedicarse a tiempo completo a la revolución, no pueden tener otra actividad, desperdiciar su tiempo en banalidades cotidianas de la vida personal, deben ser revolucionarios profesionales como decía Lenin, preparados y estudiados, conocedores de la coyuntura que vive el país, debemos tener hombres y mujeres disciplinados, que no trabajen por la iniciativa individual y aventurera, las acciones deben ir enmarcadas a lograr los objetivos trazados por el movimiento. Deben tener probada moralidad política, no pueden ser políticos viciados, empantanados en la vida burguesa, que buscan insertarse en los movimientos revolucionarios solo por oportunismo político, para ocupar cargos y después olvidarse del pueblo y entregarse al derroche y a la corrupción de la vida burguesa. Debemos romper con el sectarismo y el grupalismo, la articulación y unidad no es un decreto es una acción de los revolucionarios en torno al programa del pueblo, la unidad no debe ir en torno a siglas o a personalidades, debe probar en primera instancia la defensa del programa de los oprimidos. Debemos romper con el personalismo, los revolucionarios no deben imponer su fama, prestigio, aceptación, entre otros vicios individualistas, por encima de las más sublimes ideas de solidaridad, ayuda mutua, cooperación, camaradería, amistad y amor profundo por nuestros camaradas y capacidad de entrega sacrificada, dar lo mejor de nuestro talento al servicio de la revolución y la realización del programa de las clases oprimidas del pueblo. Los revolucionarios que necesitamos deben estar abiertos al debate, defender el programa del pueblo con argumentos, basados en la ciencia, en los datos científicos que describen la realidad, en base a estos conocimientos debemos abordar la realidad, explicarla de forma sencilla, amena y profunda a todas las masas populares. La organización que debemos crear debe convertirse en una instancia de debate, en una gran escuela de formación política, ideológica y de combate económico, social y organizativo   
Demos construir a la par un proyecto que en lo económico pueda defenderse del ataque político guerreristas de la burguesía tradicional, de los ataques ideológicos y de los ataques económicos a nuestras finanzas. Para esto debemos nuevamente enaltecer los valores patriotas de defensa de nuestros recursos y de nuestros trabajadores sin que esto menoscabe el internacionalismo que necesitamos elevar para contribuir a un mundo mejor. Hay que proponer al pueblo revolucionario, a Venezuela, una solución, que no es más que un programa de lucha para el rescate de la direccionalidad de la revolución; en el mismo sentido, proponer un programa de gobierno que permita la defensa de nuestros recursos naturales, que garantice una vida a nuestros ciudadanos libre, plena, sin explotación, sin taras ideológicas alienantes. Proponer una alternativa de construcción de poder popular que se vaya constituyendo en Estado libertario y no en un Estado al servicio de una elite explotadora.
Los planes de la MUD y de la elite del PSUV deben ser develados. Para esto hace falta tener agitadores, propagandista, conferencista, escritores por todos lados. La propaganda y la batalla ideológica no es solo medios de comunicación y redes sociales, es también organización y lucha diaria de construcción de poder popular y creación de instancias de poder para la liberación. Hay que buscar que nuestro pueblo se deslinde de los dos programas de gobierno y de lucha propuestos por la burguesía.
Es necesario convertir la espontaneidad del movimiento popular y su dispersión en acción organizada concreta. Hay que evaluar si es posible poner la correlación de fuerzas a favor en la Asamblea Constituyente. Si eso no es posible y más bien la burguesía trata de usar esta como espacio de legitimación, entonces la participación debe hacerse con nuestros mejores cuadros para la denuncia permanente, la presión popular organizada contra las pretensiones de las elites. El problema del movimiento popular no debe centrarse en esta asamblea, hay que dar la batalla dentro y fuera de ella, según como se den las circunstancias. Pero no se puede descuidar el frente de defensa nacional, contra las pretensiones injerencista del imperio por medio de la OEA y las Naciones Unidas, estas con apoyo de la burguesía tradicional, pero también hay que mantener la denuncia en torno a la entrega desesperada del Arco Minero del Orinoco y la venta de activos de PDVSA para financiar la acumulación originaria y buscar la forma de crear más planes asistencialistas para con estas formas de mercantilización de la democracia ver si pueden ganar una elección. La Asamblea Nacional Constituyente es un espacio supranacional, donde se pueden dar las condiciones para que la nueva burguesía tenga un cheque en blanco para la entrega de las riquezas del país. No podemos dejar que la politización de la crisis nos haga bajar la guardia en torno a otros frentes de luchas importantes para el movimiento popular. Tampoco debemos dejar de lado la lucha para que el gobierno detenga la política economía dirigida solo en beneficio de la nueva burguesía. Nuestro objetivo fundamental es reorganizar las fuerzas revolucionarias dispersas, seguir acumulando fuerzas al servicio de la emancipación y hacernos del poder en Venezuela para dirigir la revolución, no para ocupar puestos de representatividad.
Por último, considero que es una necesidad histórica del movimiento popular venezolano crear un gran frente nacional, antimperialista y de encuentro revolucionario para trabajar y diseñar la estrategia revolucionaria que prenda y potencie el poder originario y libertario del pueblo, para apropiar al movimiento popular de un espíritu común de emancipación, crear la instancia organizativa ajustada a la coyuntura e implementar las estrategias correctas de lucha; de igual manera, para que la acción de los militantes no sea por pura pasión y amor a la revolución, debe convertirse en esfuerzo organizado y direccionado al cumplimiento de los objetivos organizativos que necesita el movimiento popular venezolano para resolver las contradicciones con el imperio y con las dos elites en el poder. Este gran frente debe ser una plataforma de lucha para rescatar el proyecto chavista y llevar más allá de lo que Chávez imaginó. Debe ser una plataforma que contenga la arremetida fascista de la burguesía tradicional y de la defensiva militar y mediática de la nueva burguesía. El movimiento popular debe insurgir con direccionalidad revolucionaria. Hay que organizar la fuerza para desalojar la actual burguesía del poder y que el pueblo vuelva a tomar la espada, la pluma y en bellas poesías rescribir su historia.  

Lic. en Sociología Rafael Acuña
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