El gobierno venezolano tomando en cuenta las sugerencias del Vaticano y muchos actores políticos nacionales e internacionales, ha decidido instalar una mesa de diálogo con la oposición, representada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). La Comisión presidencial entregó un documento para el debate con cuatro puntos fundamentales:
Cese
al intervencionismo, respeto a la soberanía nacional y al estado
de derecho.
- Cese a la violencia psicológica, racial, política, criminal y a las campañas de odio entre compatriotas venezolanos.
- Cese a la guerra, bloqueo económico, financiero y comercial contra Venezuela.
- Cese de las falsarias y campañas de desprestigio contra Venezuela.

La
misión del dialogo es buscar acuerdos entre los actores económicos
y políticos en función de resolver la dura situación que vive el
pueblo venezolano, lo importante es que los mismos al sentarse en la
mesa aceptan sus errores y consoliden estrategias que beneficien el
desarrollo de nuestro país. Esperemos que todo esto no sea una
tregua para ganar tiempo y después salir con mayores contradicciones
o acentuar aún más las existentes. Sobre los planes ocultos de los
actores, solo podemos hacer conjeturas, pero no se descarta nada en
un ambiente político tan caldeado. Hay que acotar, no toda la
población celebra con beneplácito el diálogo, algunas
organizaciones partidistas de la MUD todavía siguen llamando a la
salida del presidente constitucional por la vía de la violencia y
por otro lado el gobierno también tiene algunos sectores
radicalizados que rechazan el dialogo y piden sean encarcelados los
que están llamando a una salida violenta del presidente Maduro.
Tenemos que hacer una crítica constructiva en torno a las factores
encontrados en la mesa de dialogo, estos son unas minorías, no
representan a toda la población, este tenía que ser más amplio e
incluyente, no tiene sentido un dialogo entre pequeños grupos, hay
que ocupar a la mayor cantidad de actores económicos, políticos y
sociales.
De
los cuatro puntos presentados por el gobierno, dos tocan el tema
internacional, uno el ideológico y otro el económico, me centraré
en el tema económico el cual de forma inevitable nos conduce a tocar
los otros dos, pero en la actualidad el tema económico y de
seguridad es el que más preocupa a la población; sobre el tema de
seguridad el gobierno no planteó ninguna estrategia pero es algo
que los venezolanos pedimos que se resuelva de forma acelerada,
debería ser prioridad, claro está que faltarían otros puntos, me
imagino que se anexaran al calor del debate.
En
medio de este dialogo también hay que decir, es indudable que el
Gobierno Bolivariano y Socialista reivindicó un conjunto de derechos
sociales y económicos que se les había negado desde hace mucho
tiempo al pueblo, sobre todo con la llegada del neoliberalismo al
país en la década de los 90', esto se puede debatir, pero hay
cifras que son muy claras y visibles para todos, estos logros son los
que en cierta forma la oposición pide que eliminen para poder
recuperar al país, lo que genera una contradicción muy fuerte,
todas estas reivindicaciones trajeron consigo una ola de hostilidad,
primero contra Chávez por parte de la burguesía local y luego por
la élite mundial, sobre todo la norteamericana. Venezuela por ser
una de las mayores reservas petroleras del planeta se convierte en
una economía que tiene que estar totalmente tutelada por el imperio,
según su doctrina y seguridad nacional. Cuando Hugo Chávez salió
en la defensa de los precios del petróleo y a propugnar un mundo
multipolar, sacó a flote las contradicciones con el neoliberalismo y
sus mentores. El Gobierno bolivariano también hizo algo que molesto
sumamente a la élite mundial, “les quito el control del Banco
Central de Venezuela y la impresión de billetes”, lo cual es un
pecado imperdonable. Venezuela es uno de los pocos países del mundo
donde “no es la élite mundial la que controla su banco central”
y la que determina su soberanía, política y economía. El resto de
los bancos centrales del mundo, incluyendo la Reserva Federal de los
EE.UU. es controlada por una élite mundial, que vigilan las finanzas
mundiales a través de un puñado de bancos privados, por donde pasa
todo el flujo financiero orgánico e inorgánico, es un sistema que
trabaja las 24 horas del día, no para, es propiedad de no más de 10
familias a nivel mundial, por medio del este sistema es que en
realidad se atacan las economías y se doblegan a los gobiernos que
se opongan a dantesca tiranía. Son los verdaderos dueños del mundo.
Cuando
los venezolanos pasaron a controlar sus finanzas y dejaron de
constituirse en una fuente de mano de obra barata, sus salarios se
reivindicaron, junto con todo el sistema de salud, educación y toda
la seguridad social, de una población que se encontraba en un 80% de
pobres. Por ende, el modelo de calidad de vida reflejado en el Índice
de Desarrollo Humano pasó de medio a medio alto, es decir, con el
gobierno Bolivariano Venezuela dejo de ser una fuente de mano de obra
y de materias primas baratas y un mercado cautivo para que grandes
transaccionales norteamericanas vendieran todos sus productos. En tal
sentido, las élites iniciaron un conjunto de acciones
políticas-conspirativas que indicaban que había que salir de la
revolución y borrar todos sus logros.
Venezuela
ha sido víctima de una conspiración férrea, de un ataque mediático
casi psicoterrorista y de un velado bloqueo y saboteo económico que
centró sus acciones en manipular el tipo de cambio, bajar la
producción, sacar los capitales del país, con la baja de los
precios del petróleo la situación se agravo aún más. La
manipulación del tipo de cambio, disminución de la producción
interna, la fuga de capitales logro hacer que se inclinara la balanza
comercial hacia los productos extranjeros, mientras los precios del
petróleo se mantuvieron altos, estos desbalances se lograron
equilibrar, pero cuando estos bajaron de forma abrupta la economía
sensible por ser rentista cayó en una aguda crisis.
Todas
estas acciones en el gobierno de Maduro han tenido mayor repercusión
debido a una política económica insuficiente que defienda la
economía venezolana y al traste con el bloqueo impuesto, aunando a
esto el mal manejo de empresas expropiadas al capital extranjero y
nacional que en general no están produciendo según lo planificado
por una gerencia limitada y corrupta, la política cambiaría el país
agrava mucho más la situación, esta ha sido centro de mucha
corrupción, que lleva las divisas venezolanas y la plusvalía de la
producción del venezolano a una nueva élite. También tenemos que
referirnos, el gobierno sigue teniendo un discurso que llama a la
construcción del socialismo pero son pocas las acciones y políticas
emanadas desde el estado para que esto sea una realidad.
En
Venezuela indudablemente hay contradicciones muy marcadas, un
gobierno que trata de negarse a seguir siendo área de influencia de
los norteamericanos y una de las naciones que decidió alejarse del
neoliberalismo. ¿Es posible congeniar un dialogo que dé sus frutos
favorables a la población ante semejantes contradicciones?. ¡La
oposición venezolana no da muestra de ir a un dialogo sincero, el
imperio menos!... ¿Sera posible que quienes sacaron sus capitales
del país y los depositaron en Norteamérica y Europa los depositen
otra vez en Venezuela para reactivar la inversión?, ¿el gobierno ha
dicho que respetara la propiedad privada, pero esto es creíble
cuando se anuncia a toda voz el socialismo?, ¿estará el gobierno
norteamericano dispuesto a respetar la economía venezolana y
reconocerla como soberana?, ¿está dispuesto a respetar a la
población asumiendo que no es una fuente de mano de obra barata? con
la actual elección de Donald Trump creemos que ahora menos se pueden
establecer relaciones reciprocas de respeto y amistad entre las dos
naciones. En tal sentido, el dialogo es un proceso de dar y recibir.
Si el gobierno entrega las reivindicaciones sociales a cambio de que
cese la guerra económica y la propaganda de guerra contra Venezuela
la población mundial, entre ella Venezuela estaría perdiendo una
posibilidad de alternativa al neoliberalismo y al mundo unipolar.
El
dialogo no debe ser un proceso para negociar menoscabando los
derechos fundamentales del ser humano ni de entregar la soberanía de
nuestro país, en esto el gobierno tiene toda la razón, el dialogo
tiene que poner las reglas claras para el libre desenvolvimiento de
los seres humanos en la sociedad. En Venezuela están en las leyes y
la constitución, que ha sido irrespetada o que se le quiere violar,
¡es harina de otro costal! si se considera que son insuficientes las
actuales leyes, entonces que se fortalezcan más o que el jurista y
legislador sea más claro, especifico y taxativo. Es decir, si una
persona quiere montar una empresa privada, ¡que lo haga!, si
quiere una cooperativa, que lo haga!, si quieren una comuna, que lo
haga!, entre otros. En lo particular considero que el neoliberalismo
como doctrina de dominación es inaceptable, pero el que la quiera
impulsar que lo haga, pero si la población no la acepta, no puede
decir que las reglas del juego no sirven y tratar de romperlas por la
fuerza para imponer su doctrina, por eso el dialogo de élites no
representa, en Venezuela no está en juego la estabilidad de pequeños
grupos, es toda la población, hay que buscar salidas no para
complacer a la élite mundial y local sino a todo el pueblo
venezolano.

En
fin esperemos que algo salga del dialogo, sobre todo para fortalecer
aún más las reivindicaciones económicas, sociales y políticas del
pueblo venezolano y que de una vez por todas se entienda que somos un
pueblo libre y con autodeterminación. Debemos de corregir errores,
retomar el camino perdido, fortalecer aún más los aciertos. Pero
esto no va a ser un regalo que nos den las élites, debe seguir
siendo la orientación de la revolución y del Gobierno Bolivariano,
una guía de acción y lucha, de construcción de alternativas
viables, demostrarle al pueblo venezolano y al mundo que hay una
nueva forma de configurar la organización de los seres humanos,
distinta a la plateada por los conservadores y neoliberales, la
sociedad se puede organizar sin necesidad de explotadores y
explotados, de opresores y oprimidos de los que tiene mucho y de los
que no tienen nada, de los que viven en una grosera opulencia y los
que viven en las más abyecta de las miserias, ¡un mundo justo y
libre es posible! y el dialogo tiene que dar al pueblo más justicia,
igualdad, libertad y autodeterminación. Debemos construir una
sociedad donde podamos vivir armónicamente como seres humanos de
forma solidaria y respetando a la naturaleza y a todas las especies
que en ella habitan y que son parte de este planeta al igual que
nosotros.
Lic.
En Sociología, Rafael Acuña
rafaelrojoxxi@yahoo.com
El diálogo es bueno. Pero a la burguesía y al imperio hay que derrotarlos.
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